Hoy las ilusiones no me matan
ni me quitan el sueño,
si no que son una grata compañía
que me hablan de vez en cuando.

Hoy los ideales son una linda pintura,
que suelo apreciarlas mientras se encuentren colgadas
en los pasillos del museo idealista.

Hoy la esperanza se esconde en los recuerdos del pasado,
y estos suelen aparecer y abrazarme con una calidez,
que me recuerda cuando el brasero calentaba la casa
durante las heladas de invierno.