Púrpura derrama al alba, tu silueta me detiene en mi andar sin descanso, buscas mis ojos, en las pupilas de los tuyos, allí se refugian, mientras lejos estés, me verás rehaciendo nuestro idilio sin saber cómo te amé sin paz. Ahora sé que al sentirte te perdía, y por el camino del olvido nacía un vendaval de musas, y de envidia. Te dejé ir sin pensar que mi corazón esclavo moriría al comenzar el día, a pleno sol, a plena luz del día. Te dije adiós como si fueras un mensajero de la nada, sin descubrir que yo te amaba más que a nada, y ahora estás en plena batalla dislocada. Sí, porque las hadas enloquecen muy temprano y tú no entiendes de palabras ni de flores, ni distingues aquellos colores delicados de la primavera.
Mi amor, si me ves en la turbulencia de tu andar viajero, si la prisa no te da de lleno, podrás, quizás recordarme como antes, yo te espero. Si tú regresas a mí, te contaré mil cosas que no sabes, te besaré hasta que tú lo pidas, y en medio de todo, mi corazón, y cuerpo te entregaré, no faltes…
A-M-R |