Ahí los bosques de una mirada en la celebración de la juventud, cuando los días eran hileras interminables de ilusiones. La ciudad brillando bajo un sol meridional. Época de no sentir el dolor de la vida perdida en los vericuetos de las calles. Tiempo de vientos con color. Los sitios baldíos extendidos bajo el día cómo ontananza de mundos de misterio. Ruge el miedo en la sangre, el miedo es también no amor propio. A distancia se puede ver la exaltación de una espera como elogio.
Texto agregado el 10-11-2023, y leído por 83 visitantes. (2 votos)