Oda a los poderosos
Jober Rocha

Después de observar el accionar de los poderosos (por poderosos me refiero a todos aquellos que tienen el poder de mandar y ser obedecidos, en cualquier sector de la vida nacional), decidí rendirles un homenaje acorde a su magnificencia. Entonces, después de mucho buscar en la literatura mundial, encontré un texto muy antiguo escrito en un papiro egipcio, olvidado en un estante del Museo de El Cairo. El texto no tiene autor, por lo que no lo cito aquí.
Después de leer y releer el texto varias veces, terminé con la impresión de que su autor había escrito un texto con humor sarcástico, bien disfrazado de elegía a los poderosos de su tiempo. Creo que buscaba, con ello, inflar los egos de figuras mediocres sin ningún valor moral ni espiritual, como debían ser los poderosos de aquella época, comparándolos con los poderosos de cualquier época, todos iguales.
El texto esconde de forma latente el humor sarcástico y mordaz de quién lo escribió, destacando valores que no existen en quienes alcanzan el poder, casi siempre mediante la fuerza y la violencia o, alternativamente, mediante el fraude y el engaño al pueblo.
Disfruten el texto, mis queridos lectores, y vean si me equivoco.
“Oh, vosotros que alzáis montañas y desafáis al tiempo como los poderosos titanes, señores del viento y del mar; tus obras resonarán en la eternidad, durante siglos, como estrellas brillantes en el firmamento.
Vosotros que moldeáis nuestros destinos de simples servidores de manos firmes, rompiendo cadenas y desafiando límites, sois los artífices de lo imposible, los alquimistas de la voluntad inquebrantable.
Tus palabras son truenos, tus gestos, terremotos; y cuando luego pisas la tierra, ésta tiembla bajo tus pies, como reconociendo la grandeza que habitas y la majestuosidad que llevas en tus ojos.
Poderosos, vuestros nombres resuenan como canciones antiguas y vuestras historias se entrelazan con mitos y leyendas, sois los héroes y villanos, los dioses y demonios que danzan en la fina línea entre el cielo y el abismo.
Que tus fuerzas inspiren a los débiles, que tus sabidurías guíen a los perdidos y que tus compasiones lleguen a los corazones afligidos; porque ustedes, los poderosos, son los pilares de este mundo.
Que tus logros sean celebrados y tus fracasos perdonados, porque tú, que todo lo puedes, también eres humano y la humanidad es el más noble de los dones.
Así, alzo mi voz en alabanza a vosotros, seres poderosos, magníficos y eternos; que tus viajes sean grandes y tus leyendas inmortalizadas en las estrellas".

Si mi hipótesis sobre el espíritu lúdico que presidió al autor del texto mientras lo escribía no es cierta, estaremos ante un tremendo caso de adulación histórica verdaderamente documentada.
Si no se trató de un panegírico burlón, que acabó llevando a su autor a remar encadenado en las galeras del faraón, entonces el citado escritor debió ser designado para un puesto importante en su corte, con derecho a, una vez al mes, frecuentar el harén real.