Sabés qué es eso que está ahí. Te la hago corta. Eso que está ahí con hojitas verdes medio amarillentas y un palito retorcido parece un arbusto en un cantero pero en realidad es la guita de tus impuestos que usó la Municipalidad para esa boludez. La vez pasada, 10 de la noche, vengo con el perro paseando lo más tranquilo: frío, bufanda, guantes, un tornillo bárbaro de esos que te sale humito por la boca. El perro hace lo que hacen todos los perros, que es mear. Tranqui. En eso está con la pata levantada como un campeón y de la nada una vieja con un cuzquito feo me dice qué falta de respeto que el perro haga sus cosas en esa planta tan linda recién plantada que ahora se va a secar, que ella al suyo le enseñó a hacer pis en el cordón de la vereda. Resulta que se me queda mirando con una insolencia que no se puede creer la vieja turra y agarro y le digo usted no sabe nada, señora, que yo pago todos los impuestos para que estos garcas pongan florcitas con lo mal que andan los semáforos y las paradas de colectivo. Odio cuando sacan lo peor de mí. Vieja chota.