La casa está terminada
solo la habita el silencio,
y algunos chicos trabajando
como las aves horneros.

Me gusta toda la facha
el milagro de madera,
que el capataz ha cocido
en su barro de sudor, y esmeró.

De hormigón está armado
y luego ha dibujado.
Un rancho muy de película
allí iremos más tarde
a pasar la primavera, y el verano.

Disfrutando con los cuises
con las arenas que vuelan,
la fregona hará lo suyo,
nadie sabe quién será.

Luego vendrán asadores
a jugarse con las carnes
los chorizos y las aves.

Mientras la que les escribe zambullida
en la pileta se tomará unos traguitos
del mejor vino espumante.

Invitando al capataz, su señora
y sus secuaces…

A-M-R