Cuando en aquella casa vieron que la señora Y comenzaba a perderse en ensoñaciones románticas que podrían poner en riesgo el orden establecido tomaron medidas radicales.
El patriarca con su parsimonia habitual la invitó a beber un trago con el convencimiento de que de esa forma podría obtener de ella información que posteriormente traspasaría a su hijo.
La conversación entre ambos fue franca y directa. El realizaba preguntas con la finalidad que ella respondiera lo que pensaba del matrimonio y de su esposo.
Ella no sabía que el hijo previo acuerdo con el padre se encontraba en una habitación cercana habiendo, no obstante, asegurado que saldría por un rato, lo que era una treta preparada entre ambos.
Pero la puesta en escena no había salido como se esperaba pues el marido tras ingresar por una ventana y a causa de su peso había sufrido un accidente menor cayendo de manera pesada sobre el piso.
La esposa atenta, intuyó lo que había ocurrido. El padre se movió rápidamente y tras observar desde la puerta y ver a su hijo desparramado en el suelo tuvo que improvisar señalando que el ruido se debía a la caída de un objeto que estaba mal posicionado.
Resuelto aparentemente el problema volvió con su nuera quien vio en aquello la oportunidad de decirles de manera clara a ambos cuáles eran sus objetivos.
- Sabe querido suegro, resulta que tras años de desvelos de mi parte me veo apuntalando a un marido que tiene más caídas que aciertos.
Si se lo planteara de manera precisa le diría que demora el doble o el triple en realizar un proyecto en comparación a una persona normal.
Y si quiere un ejemplo le puedo decir que la pareja que lo contrató para que los divorciara se aburrió de esperarlo y en el intertanto se abuenaron y viven juntos otra vez.
Pero él lo ve como un mérito propio y expone que pospuso el caso para darles tiempo para que repensaran lo que les pasaba.
De la misma manera, en una ocasión dilató mucho la presentación de la documentación para la compra de una propiedad y con tan buena suerte para el comprador que en el intertanto éste tuvo una crisis económica que no lo habilitaba para adquirir el bien.
Y a su vez la empresa víctima de sus acreedores, se vio envuelta en problemas de liquidez y no podría haber satisfecho el pedido.
En otra ocasión, representó a una empresa para adquirir la propiedad de una mina de oro. Pero el no se dió cuenta que había otro abogado que con mayor agilidad solicitó la pertenencia minera para otra firma.
El yacimiento al final no era como se esperaba y el quedó muy bien con su jefatura. Pero no sé si me entiende que por hacer mal las cosas termina haciéndolas bien o algo por el estilo. No sabemos si es un genio o un tarado con una inusual suerte e inmensa intuición. Pero que no va bien es un hecho de la causa.
De esta laya a mí me genera una inmensa preocupación lo que puede hacer con nuestros hijos, quienes le preguntan si trabaja o le pagan por hacer magia a partir de sus errores. Si me preguntan le puedo decir que en algún momento se le acabará la suerte y UD tendrá que hacerse cargo de él vendiendo sus propiedades. Y ojalá me equivoque pero puede que cuando eso ocurra se produzca una racha positiva de la economía que haga que las tierras valgan el doble o el triple. En ese sentido uno cree que es un buen partido pero créame que hubiera esperado que tuviera lo que tiene y aún más pero trabajando y no por la mera suerte que parece golpear a su puerta de tanto en tanto.