Poema
Whisky, piel y chocolate
No fue noche, no fue día,
fueron susurros apagados por cortinas para el sol,
y suspiros alumbrados por la luna en los cristales.
Fueron besos de alcohol, ardor y sabor a chocolate,
fueron manos ebrias teñidas con color de piel,
de piel perlada, humedecida en el rocío del deseo.
Fue noche larga, fue día corto,
festín de horas guardadas en el bolsillo de la espera.
Fueron horas prisioneras entre cuerpos apretados
que diluidas y estrujadas en momentos presurosos,
escurrieron como agua por debajo de la puerta
y se fueron sin notarlo, entre ocaso y madrugada.
Horas largas, momentos cortos,
tiempo ahorrado poco a poco en el trajín de cada día,
para girarlo cada tanto en las cuentas del amor,
cualquier día con su noche en una cama de motel.
Contando y alargando los minutos que se camuflan
para que no los escondan los punteros del reloj.
Whisky, piel y chocolate,
mezcla fuerte, ardiente y crepitante como fuego,
cóctel de espera y de encuentro en fines de semana.
Mezcla de espíritu de tierra exprimido como sumo de grano y sol,
más el manjar de las semillas del cacao, para deleite del paladar.
Sabores diluido con el sudor de pieles excitadas, en noche de placer.
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