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Josefina.

Con manos temblorosa, Josefina cubría sus cansados ojos.
Muchos años de encierro habían transformado a una bella mujer en lo que al verla ahora podríamos llamar un espectro. Encierro de cuerpo y alma que sin más alternativa había elegido.
Alta, muy delgada y hermosa, así era Josefina, una joven médica que cincuenta años atrás había conquistado el corazón de quien fuera en aquel entonces el hombre más codiciado de las mujeres de la alta sociedad de la época. Josefina no solo era una mujer inteligente y bella, era también fría que tras una hermosa fachada se encubría la mujer que llegó a ser.
Rómulo era médico igual que Josefina y trabajaban en el mismo hospital público y el atractivo de ambos los unió casi sin conocerse.
El destino los había puesto a cada uno en el camino del otro.
Se enamoraron perdidamente, pero se olvidaron de que sus vidas ya no les pertenecía, Rómulo era casado y Josefina no solamente estaba casada, sino que tenía una hermosa hija de tan solo tres años.
Nada de esto les impidió quererse con una pasión tan desenfrenada que fue la comidilla y el horror de las familias del lugar.
Pronto Noelia, la esposa de Rómulo descubrió la aventura de su marido y le pidió el divorcio, pero Rómulo no estaba dispuesto a tal sacrificio, la mujer era propietaria de todo lo que dicho médico poseía, aún era muy joven para poder vivir de su sueldo de médico de pueblo y así comenzaron las disputas entre ellos.
El secreto a voces de la aventura entre Rómulo y Josefina llegó al fin a oídos de Robert el esposo de ella, quién aún azorado la enfrentó y le dijo que no solo le pediría el divorcio, sino que obtendría la custodia de Yamila, su hija y que se iría con ella a donde jamás pudiera volver a verla.
Josefina quería mucho a su hija y no estaba dispuesta a perderla, por el contrario, en las discusiones con su marido siempre repetía lo mismo que, si su hija no iba a estar en su vida, tampoco estaría en la de él.
Robert no comprendía muy bien las amenazas de Josefina ya que sabía que a pesar de todo era una buena madre.
Por su parte Noelia consiguió el divorcio y dejar así a su ex esposo en la miseria, estaba acostumbrado a la buena vida y mientras estuvo casado no hizo más que vivirla a su antojo, sin ahorrar y ahora debía pagar tanto derroche.
El joven médico tuvo que marcharse de la casa con lo puesto y se refugió en una pequeña cabaña propiedad de sus padres.
Josefina también tuvo que marcharse, Robert obtuvo la custodia de Yamila y el divorcio, la sociedad no estaba preparada aún para algo tan aberrante en un pueblo donde todos eran casi una familia.
Robert dijo a su familia que se iría con su hija a otro país para separarla de su madre. Había empezado a conocerla tal cual era y no le agradaba.
Así fue que Robert y Yamila desaparecieron del pueblo para olvidarse del monstruo que los había engañado a los dos. Porque a pesar de que Yamila sólo tenía tres años, su padre quería que olvidara a aquella mala mujer que abandonó a su hija por otro hombre.
Rómulo le pidió a Josefina que se mudara con él, ninguno trabajaba, de a poco nadie quería atenderse con ellos en el hospital y los despidieron.
Sin ingresos fijos los amantes se refugiaron en la cabaña de los padres de Rómulo sin que nadie supiera y allí vivirían como pudieran.
Pocos meses después, según Josefina, Rómulo arrepentido le pidió a su esposa que lo perdonara, que se había equivocado y que quería volver con ella.
Esto era lo que declaraba Josefina al ser detenida acusada de la desaparición de Rómulo cuyos padres no lo veían desde mucho tiempo y al no tener noticias habían hecho la denuncia a la policía. La policía no le creyó y por lo tanto la detuvieron, pero ni rastro de Rómulo, Noelia declaró no haberlo vuelto a ver desde su divorcio. Si no lo encontraban, era imposible que la detuvieran por tal motivo Josefina volvió a la pequeña cabaña. Los padres de Rómulo no quisieron saber más nada de la cabaña, según ellos allí se había engendrado el mal y se la dejaban al mismo mal, no valía la pena recuperarla.
Ahora, cincuenta años después, Josefina seguía viviendo en la destartalada cabaña, muy poca gente quedaba de aquella época y menos aún que recordaran aquellos hechos tan lejanos.
Ese día Josefina cuya mísera vida estaba llegando a su fin, sentía algo raro en todo su cuerpo, había sido una mujer mala y despiadada durante todo ese tiempo y con tantos recuerdos en su memoria, su mente comenzaba a traicionarla, de pronto vio a su hija, a su esposo y a su amante, a su lado y todo terminó. Su verdadero sufrimiento comenzaría con el encuentro de sus almas.
Días después, un explorador que pasaba frente a la cabaña, sintió un olor fétido y supuso que habría algún animal muerto y al asomar su cabeza dentro de la cabaña al ver que nadie contestaba, se encontró con aquel panorama desalentador, una mujer vieja yacía en el piso abrazada a un retrato. Era el retrato de una pequeña niña. El remordimiento hace estragos en cualquier persona por más mala que sea porque puede aparecer de improviso.
De inmediato llamó a la policía que pronto estarían allí.
A Josefina la policía la conocía, no los nuevos, sino los viejos agentes que nunca habían podido descubrir el misterio de su vida y se la llevaron a la morgue ya que no tenía familia.
La cabaña quedó sola y al no ser reclamada por nadie el gobierno tomó cartas en el asunto y decidió venderla.
Jamás se pudo vender, a pesar de los arreglos que empezaron a hacerle.
Pronto se descubrió el gran misterio, al tratar de poner un piso nuevo.
Tres cuerpos calcinados aparecieron.
Josefina al no poder vivir con su hija, mediante engaños atrajo a Robert y a la niña a la cabaña y los mató, Yamila no sería de ella ni tampoco de él. Jamás habían abandonado la ciudad, de la peor manera padre e hija habían encontrado la muerte a manos de una mujer desquiciada.
El tercer cuerpo era el de Rómulo, el hombre había descubierto que vivía con una mujer malvada y al querer irse, a él también lo asesinó.
Pero, como dije antes, el calvario comenzaba, las almas de sus víctimas no la dejarían, el pecado había sido inmenso, sólo el tiempo decidiría cuándo acabaría el tormento.

Omenia
23/9/2023

Texto agregado el 25-09-2023, y leído por 178 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
01-10-2023 Vaya, se salvó Noelia. Así somos las Noelias, jaja. Bien contado, Ome, un abrazo Dhingy
28-09-2023 Lo que mal empieza, mal acaba dice el dicho. cuento macabro, gracias por compartirlo amiga Ome. sendero
27-09-2023 Un cuadro con origen y final. Los tejidos del mal, en una pluma creativa. Te felicito. peco
27-09-2023 —Opino igual que Sheisan y por lo relatado calculo que la edad de Josefina (entre 20 y 30+50) es parecida a la mía... y me alegro de no haberla conocido en los años jóvenes, porque si así hubiera sido, es posible que hoy yo no estaría escribiendo este comentario. —Saludos. vicenterreramarquez
27-09-2023 ¡Qué Entretenido y macabro relato mujer! Saludos, Sheisan
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