Inicio / Cuenteros Locales / Hermano_Luna / Capítulo III: La fiesta de los animales.
(1) Un día se reunieron los animales del monte
(2) El gran gato blanco dijo: -Yo traigo el fuego-
(3) Los pájaros dijeron: -Traeremos una canción-
(4) El toro dijo: - Traigo uvas pisoteadas-
(5) La serpiente dijo: Traigo agua-
(6) El ratón dijo: -Traeré el pan-
(7) Llegó el día de la fiesta y todos estaban ahí entorno al fuego del gran gato blanco, comenzaron a repartir sus regalos entre los presentes y sirvieron sobre piedras el banquete.
(8) El hombre llegó junto a su casa, aún sin ser convidado comió de cada plato y bebió de cada vaso y ebrio y panzón bailó la canción de los pájaros.
(9) Ningún animal dio voces de censura al hombre ni a su casa, como otro animal convidado fue aceptado en el lugar y disfrutó sin ser puesto en entredicho alguna de sus acciones.
(10) Cuando la fiesta acabo el hombre quedó en mitad del bosque desmigajado como un puñado de hormigas, pero nadie lo recogió. Cada animal partió a su sitio en silencio.
(11) Las abejas se juntaron al rededor y llamaron a su reina. La reina miró las sobras del convite y al hombre expuesto en las piedras y dijo a su reino: -Este es el sacrificio que es ofrecido por los animales a los hijos de las abejas, ¡Coman todas las hambrientas- Tras lo que se agolparon como nubes sobre las sobras de la fiesta de los animales.
(12) El hombre borracho y panzón un supo de dónde cayó su final y la desgracia de su perdida, él y su casa fueron devorados por las abejas y llevados como botín al panal dónde se convirtieron en miel.
(13) Luego de miles de años un oso y su tribu construyeron un reino sobre aquel lugar, cavaron cuevas en las laderas de las montañas y encontraron por casualidad una ciudad de abejas y avispas ya derruida y de la cual grandes panales daban señas de un progreso fenomenal.
(14) El oso mayor que golpeaba un tronco para comunicarse llamó a los valientes de la tribu y juntos comenzaron a buscar las bóvedas de miel de la ciudad, ya que sabían que en las ruinas de las abejas y las avispas se podía encontrar miel.
(15) Cuando profanaron el panal de la reina encontraron grandes paneles de miel cristalizada y la llevaron como tesoro a la cueva del oso mayor.
(16) El Oso al ver los paneles convidó a los más jovenes a comer de la miel mientras los viejos irían al río a buscar peces para la comida del día.
(17) Los osos de esa tribu comieron de la miel profanada y de los peces atrapados ese día y el siguiente e incluso otro día más, pero luego dejaron de comer pues les sentó mal el alimento aquel.
(18) Entonces una osa menor tomó cenizas del tambor del oso mayor y las mezcló con el agua del río y golpeó una canción, la canción de los hombres.
(19) Los oseznos y los grandes osos rugieron con pánico ya que sabían que era prohibido comer la vianda del hombre.
(20) Esos osos han muerto, y el valle profanado aún está ahí, y el río está ahí y también los árboles están ahí, solo los hombres saben eso. |
Texto agregado el 11-09-2023, y leído por 101
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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11-09-2023 |
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Claro, es el ser humano que destruye todo yosoyasi |
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