Al final parte 14

Eran las cinco de la mañana cuando sonó el teléfono de la casa. Israel se despertó temprano para hacer ejercicio. Estaba haciendo pesas cuando el teléfono sonó.
-Buenos días – dijeron del otro lado de la bocina.
-Buenos días – Israel respondió agitado.
-Disculpe las molestias y por la hora. Llamamos del asilo “rueda de esperanza”
- ¿Pasa algo? – Israel pregunta preocupado.
- ¿Se encuentra la señora Nuria Escalante?
-Mi mamá está dormida. Si gusta, yo le puedo informar lo que pasa.
-Claro. Es un poco delicado.
Israel no daba crédito de lo que le estaban diciendo por teléfono. Dijo que su madre estaría lo antes posible en el asilo. Israel se bañó y cuando despertó su madre habló con ella.
- ¿Te pasa algo? – le preguntó Nuria.
-Mamá. Cuando estaba haciendo ejercicio hablaron por teléfono a la casa.
- ¿Qué pasa?
-Era del asilo. Tu mamá tuvo un problema con otra señora.
- ¿Problema?
Alex acompañó a su madre al asilo. El joven ya no tenía ningún pendiente en la preparatoria. Israel le endulzó la noticia a su madre, en realidad ella no sabía la gravedad del problema.
Alex y Nuria llegaron al asilo a las ocho de la mañana. La trabajadora social la recibió.
- ¿Qué pasa con mi mamá? – preguntó Nuria.
-Necesito que llegue su hermano – le respondió la trabajadora social.
Gonzalo llegó al asilo y conoció al otro hijo de su hermana, que era un completo desconocido.
-Bien. Ya que están juntos iré al grano. Su mamá, Julieta atacó a una señora en la madrugada.
- ¿A qué se refiere con atacó? – preguntó la hija.
-Maru una usuaria de nosotros tuvo un problema con Julieta y discutieron en la comida. Por la noche, Julieta tomó un cuchillo de la cocina e intentó enterrárselo a Maru.
Un silencio se extendió por la oficina. Ninguno de los tres sabía qué decir.
- ¿Me está diciendo que mi mamá intentó matar a esa señora? – dijo Nuria.
-Bueno, como saben es difícil hablar con Julieta. Es complicado.
-No. Llamaré a mi abogado.
Nuria salió de la oficina horrorizada por lo que le estaban diciendo. La mujer llamó a Fabricio Medina, su abogado de cabecera. También llamó a Elena la mamá biológica de Israel.
Nuria estaba afuera cuando no soportó más y volvió el estómago en el estacionamiento.
-Mamá ¿estás bien?
-Sí, hijo. Estoy bien.
Aunque no era cierto. La mujer estaba destrozada.
Fabricio entró a la oficina junto con Elena y la familia de Maru mientras los hermanos Escalante esperaban afuera. Fabricio fue el primero en salir de la oficina.
- ¿Qué pasó? – preguntó Nuria.
-Tu mamá en efecto intentó hacerle daño a una usuaria – le respondió Fabricio.
-Pero ¿por qué?
-Bueno, pues la señora María Eugenia Velazco escuchó una conversación entre el psicólogo y la trabajadora social. Se enteró de muchas cosas y ella se fue a burlar de Julieta. Tu mamá no se aguantó y le dio una bofetada en la comida. Y por la noche tu mamá intentó enterrarle un cuchillo.
- ¿De qué se enteró esta señora? – preguntó Gonzalo.
-Las razones por las que la señora Julieta está aquí. Sobra explicarlo - Fabricio no quería hacer más grande el problema.
-La cuestión es que Maru ha estado en varios asilos por molestar a otros usuarios. La familia conoce de antemano a la señora – Elena intervino.
- ¿Entonces? – pregunta Nuria.
-La familia no presentará cargos, el asilo pone dos situaciones. La primera es que Julieta se tiene que ir de aquí o se queda, pero en el pabellón psiquiátrico.
-Mi mamá no está loca. Simplemente lo que ella quiere es adueñarse de nuestras vidas. Es una madre tóxica ¿O qué? El gran psicólogo que tienen aquí ¿no ha dado con el problema?
-Tranquila, Nuria – intervino Elena - No sirve que te pongas así.
Elena exigió una evaluación a Julieta, pero era complicado porque la mujer seguía sin hablar.
Nuria visitó el pabellón psiquiátrico y pensó que sería como en las películas, pero no. era un lugar tranquilo. Todo pintado de color beige con plantas, algunas habitaciones y pocos usuarios.
-Como ven es un lugar tranquilo. Aquí tenemos los casos complicados, me refiero a los adultos mayores que presentan alguna demencia o algún trastorno mental. Aquí, Julieta no habla y los demás inquilinos no querrán verla ¿lo entiende?
-Perfectamente – contestó Nuria.
Los hermanos aceptaron que su madre estuviera en el pabellón psiquiátrico.

Continuará…