Al final parte 13
Omar y Gonzalo se encontraron en el centro comercial y eso no fue lo mejor.
-Hola, Gonzalo.
-Omar ¿Cómo estás?
-Bien – respondió Omar. El hombre venía con la pesada de Melisa – te presento él es mi novio.
-Qué tal, mucho gusto. Él es Cristofer. Mi pareja.
-Hola – Gonzalo extendió el brazo.
-Supe lo que pasó con tu hermana y tú. No logro entender por qué hiciste eso.
Cristofer miró extrañado a Gonzalo.
- ¿Secuestrar a su hija? ¿Con qué objetivo? – preguntó.
-Amor. Creo que no es prudente – el novio de Omar se dio cuenta de que Gonzalo no le había informado nada a su novio de lo que había sucedido en el pasado.
En el departamento, Christofer discutió con Gonzalo, él no sabía nada.
- ¿Me podrías explicar lo que pasó? ¡Tú me dijiste que no tenías familia!
-Escúchame, es que.
-Es que nada, Gonzalo. Puras mentiras.
-Deja te que explique. Por favor.
Gonzalo le explicó que el odio y la furia que se había acumulado por años se habían convertido en miedo el día que él había decidido secuestrar a la hija menor de su hermana. Sus padres, Julia y Roberto no habían sido precisamente los mejores padres y habían sembrado odio y rabia entre los dos hermanos. A Nuria le había tocado rascarse con sus propias uñas cuando Roberto su papá la había corrido de la casa. Y a Gonzalo le había tocado la peor parte, pensaba que lo mejor era que su hermana se fuera de la casa para quedarse con la recamara para él solo, pero a cambio tuvo que cargar con los chantajes de Julieta su madre.
-En resumen, fue eso.
-Quisiera entenderte. Créeme, de haberme contado otra cosa seria ahora. Hasta aquí llegamos.
Cristofer salió por la puerta con un montón de dudas.
Mientras tanto, en el asilo todo se complicaba. Por la mañana, Maru una de las usuarias del asilo bajaba a pedir una pastilla para el dolor de cabeza. Al llegar a la oficina de la administración logró escuchar a la trabajadora social y al psicólogo sobre la situación de Julieta. Maru se preparaba para extender el chisme por todo el asilo. Julieta les había declarado la guerra a sus hijos, Nuria y Gonzalo con no pronunciar palabra alguna. Estaba enojada de que la hayan arrumbado en un asilo mientras ellos estaban haciendo su vida.
Maru subió al asilo ahí fue cuando pasó todo.
-Mira nada más. Ya me enteré de todo – le dijo Maru a Julieta – tus hijos te abandonaron en el asilo porque has sido la peor de las madres. Siempre te quisiste apoderar de su vida. Déjame decirte que los hijos tienen derecho de hacer sus vidas.
Julieta miró con odio a Maru que la estaba provocando con sus burlas.
-Y que, por tu culpa, tu hijo Gonzalo nunca había tenido una relación. Ahora está saliendo con un hombre. Ahora entiendo por qué no vienen a verte.
Julieta se levantó de su silla para ponerle una tremenda bofetada a Maru.
Las enfermeras de inmediato se acercaron a las dos mujeres y las separaron porque Maru tomó del cabello a Julieta jalándoselo.
La trabajadora social subió porque escuchó gritos y vio la escena. Maru no tenía ninguna lesión importante.
Todo había quedado en un incidente de la odiosa de Maru, pero todo se complicaría por la noche.
Antes de irse a dormir la cocinera se asegura que el comedor quede listo para el desayuno de la mañana. Acomodó los cuchillos en una de las mesas. Escuchó un ruido en la cocina y en un descuido dejó los utensilios en la mesa. Julieta se acercó a la mesa y tomó uno de los cuchillos. Se fue del comedor para entrar a su cuarto. La cocinera ni se dio cuenta que faltaba un cuchillo.
Eran las tres de la mañana cuando Julieta se levantó de la cama y se dirigió al cuarto de Maru. Las cuidadoras no cierran las puertas en caso de que surgiera una emergencia como la que se suscitó esta madrugada.
Julieta entró al cuarto de Maru y la acuchilló. Se escucharon gritos y de inmediato las cuidadoras fueron al cuarto de Maru que estaba aterrorizada por lo que había pasado.
Las cuidadoras atendieron de inmediato a Maru y sacaron a Julieta del cuarto.
Maru fue valorada por el médico de guardia para casualidad un excompañero de Israel del servicio social. El joven médico revisó a Maru que solo tenía una pequeña herida en el brazo, nada de gravedad.
Continuará…
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