Se levantó con la resaca encima; durante la velada tuvo lagunas mentales que le mojaron el cerebro. Trató de recordar algunos detalles de esa noche de farra, pero no recordó nada en ese momento. Le dijo a la empleada del servicio que le preparara el desayuno. Ella, de inmediato se puso en esa tarea. Apenas estuvo listo le sirvió. Él desayunó con gran apetito; enseguida se fue a bañar, volvió a hacer memoria de la noche anterior y no recordó nada. Ahora no tenía una laguna mental, sino todo un océano. Después de bañarse le dijo a la empleada:
-Por favor, tráeme el suéter verde.
Ella, en seguida le contestó:
-No creo que lo encuetre en el closet.
-Te dí una orden y debes cumplirla pronto.
Enseguida, ella llamó a los bomberos, quienes llegaron de inmediato. Apenas los vio llegar, Edmundo, le dijo:
-Acaso te volviste loca.
Ella le contestó:
-El que está loco y desmemoriado es usted.
Al escuchar la respuesta, la echó del trabajo. Florinda, fue a recoger sus cosas, ya tenía todo listo y cuando iba a despedirse, golpeó un bombero a la puerta. En esta oportunidad no salió a abrir Florinda, sino Edmundo. El bombero le dijo:
-Señor, aquí tiene el suéter verde, cuando se emborrache, no lo tire a las cuerdas, puede causar un desastre.
Desde ese día, Edmundo, no volvió a tomar jamás, el licor inundaba su cerebro.
Pedro Moreno Mora
|