Donde todas las voces se acallaron,
como una estrella moribunda
con su núcleo intacto,
nació una familia resistente
a todos los plebiscitos y generaciones,
a todas las tormentas y torturas.
Algunos dirán que sobrevivimos.
Prefiero pensar que explodimos,
del coloquial portugués,
como una estrella fugaz
cuya gravedad enternece
a todo el sistema que las rodea.
Vivimos, sobrevivimos y explodimos,
en vidas nuevas e inocentes
huyendo de las pesadillas del pasado.
No cambiaría nada, con los altibajos,
junto a las cadenas y las mariposas,
y el bosque siempreverde y las cenizas.
Incomprendidos por muchos
tripulamos este viaje,
como la vía láctea en expansión,
imperceptible pero constante.
Hace tantos años nos dimos las manos,
que podemos mirar al frente sin miedos.
Se cumplen 50 años del terror,
y aquí estamos otra vez,
como ese viejo cántico de lucha.
A ti que participaste o justificas este delirio,
aléjate de nosotros.
La próxima vez, no perdonaremos. |