Al final parte 11

Todos estaban a la expectativa. El nuevo jefe regresaría después de meses su recuperación. Emilio se puso la prótesis que la misma Francis había enviado a elaborar exclusivamente para él. Su lugar estaba limpio, tenía muchos pendientes en el escritorio. Isabela le dijo que todos lo estaban esperando para que se reincorporara a sus labores diarias. Mientras tanto, una secretaria joven y muy eficaz le tenía preparado todos sus pendientes.
-Buenos días, licenciado Emilio.
-Buenos días.
-Tienes una secretaria nueva – le comenta Isabela.
-Pasemos. Creo que tengo trabajo – Emilio había cambiado su actitud desde que Clara, su mamá, se lo había puesto cortito.
-Licenciado. En el folder azul están los papeles que dejó firmados. En el folder verde están los nuevos contratos que deberá revisar. En el folder rosa están las nuevas solicitudes. Tiene cuarenta e - mails que responder.
-Vaya, tengo demasiado trabajo.
La semana pasó sin contratiempos, Francis se acoplaba al ambiente de la cárcel. Ninguna de las reclusas se metió con ella. Algunas internas sabían que Francis era conocida de Cintia. La joven comenzó a dar consejos de salud a las internas.

Israel sentía que algo andaba mal, intuía que Clara su abuela le estaba escondiendo algo. Flavio había dejado de responder los mensajes y las llamadas. Mientras él pensaba en su ex novio, sus padres mantenían una discusión.
Emilio sentía que tenía abandonada a su esposa y que ahora él era como un costal. Aquella mañana del sábado la pareja tuvo su primera discusión en años.
-Sabes – le dijo Emilio en el cuarto.
- ¿Qué pasa? – pregunta Nuria.
-Consigue a un hombre para que te dé el placer que no te puedo dar- soltó Emilio.
- ¿Qué? ¿Estás ebrio? ¿Cómo me pides eso?
-Yo no puedo darte más que lástima.
-Emilio, tú eres mi esposo. Te amo ¡Deja de tener lástima! Eres el alma de esta familia, ahora solo te lamentas de tu situación. Y todo es por mi culpa.
Nuria salió del cuarto llorando y azotando la reja del patio de la casa. Alex estaba en el cuarto junto con su hijo Abraham y su hermana Camila. El joven escuchó todo al igual que Israel.
La mujer lo pensó varias veces. Tocó a la puerta y abrió Héctor.
-Perdón, es temprano – Nuria se disculpó por la hora.
-Pasa – el médico la invitó a pasar- si buscas a Clara, no está. Se fue a su curso de inglés. Mujer de mente inquieta ¿gustas un café?
-Sí – respondió Nuria. La mujer lo traía en el cogote.
- ¿Estás bien? – le sirvió el café.
-No – respondió la mujer y se soltó a llorar frente a Héctor, el esposo de su suegra.
-Nuria ¿te puedo ayudar en algo?
-Son muchas cosas – dijo llorando.
-Sácalo. Llora, lo necesitas.
Nuria lloró todo lo que pudo y soltó toda la sopa.
-Esto viene de años.
-Te escucho.
-Nuria le platicó todo lo que pasó con Fabiola López en el velorio de Domingo el primer esposo de Clara.
- ¿Qué pasó con Fabiola López? – pregunta Héctor intrigado.
-La mujer quedó en el piso. Ella murió, se había pegado en la cabeza.
-Vaya – dijo Héctor tocando su frente. Y ¿Eso te persigue?
-Todo el tiempo. No me deja dormir. Lo de Fabiola, lo de Enrique, mi secuestro, ver así a mi esposo. No es fácil.
Héctor se limitó a tomar de la mano a Nuria y escuchar su llanto.

Continuará…