escuché a mi madre decir siempre que "no hay peor ciego que el que no quiere ver"...
muy niño supe que la muerte era mi destino... y no había remedio contra ello... notaba que la gente vivía como si jamás fuera a morir, y esto me ubicaba como una persona desmotivada ante todo...
no fue el mejor ni el peor estudiante, ni el mejor de los hijos, ni el amigo, hermano, mentiroso, deportista... nada... fue uno más de los mediocres...
pienso que jamás tuve motivación por nada... hasta el día en que me enamoré, ingresé a la universidad, conocí al maestro de la verdad...
esto me llevo a otro nivel... sabía lo que quería... quería conocer el sentido de mi vida en este mundo... me sentía especia, pero no sabía en que... en fin... viví, así como todos, pero mi apreciación cambió demasiado... pude sonreír de verdad, amar... pero como todos, soy un ser humano lleno de imperfecciones y debilidades... y muchas veces olvido el camino a seguir... me quedo frente a mis bajas pasiones y me embarro en mezquindades... pero hay algo dentro de mí que es consciente y sabe lo que es malo y lo que es bueno... pues uno que conoce el sentido de la vida, conoce lo bueno y lo malo para cumplir su destino...
no sé si llegaré a mi destino... pero sí sé que jamás voy a rendirme en seguir y seguir hasta que mi aliento de llevé al abismo de la eternidad...