A la memoria de la víctimas de Hiroshima
LUNES TRÁGICO
Alguien despertó a Lunes, que hacía larga fila, millones de años con los demás días, dormido detrás de Domingo, quien sereno esperaba que Sábado se largara para entrar en acción. Y antes de hacerlo, Lunes le deseó suerte: que sea Domingo bonito, sin ver a nadie sufrir. Raudas se fueron las horas de Domingo, pacíficas, todo amor y canto, sin percance alguno.
Entonces, por fin Lunes asomó a la vida: un lindo amanecer, el sol se levantaba bostezando, las aves jugando en el cielo, todo iba bien.
Pero al poco rato, oyó una explosión, lloró como un niño castigado, deseó con toda el alma nunca haber nacido: un infierno le quemó sus pieles y le destrozó su corazón de ver tanta muerte.
Martes le tuvo pena: vió que se llevaban su penoso cadáver, hecho cenizas ensangrentadas, y aún, aún llorando.
Mala suerte de Lunes: justo esa fecha maldita, 6 de Agosto de 1945, lo mandaron a trabajar. Le arrojaron, sin piedad, la Primera Bomba Atómica.
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