Ha llegado la vejez a posarse en mis labios, en mi piel y en mi alma, no la puedo doblegar, ella sigue adelante.
Los días pasan rasante no me dejan respirar, quiero contener su llegada, solo un esfuerzo y nada, todo se marca. Hoy la frescura se fue en los tiempos, creo que no hallaré esos momentos, por más esfuerzos, ya pasó la juventud. Busco fotos en el viento, entre la lluvia en cada frescura de la vida, imposible retomar esos hermosos días. Ya todo es igual en mi mundo común, los afectos me contienen. Lo que fue, no volverá, todo un paseo. Entre el murmullo de sueños.
Aligero mis pasos por las llanuras pampeanas, me detengo en los surcos, en las estrías del ave, en los arboles abrigados, se definen hojas, milagro, de una vida fresca y natural...
Mientras camino leo los ojos dorados de los patos, su plumaje, su destino, se parece al de muchos.
Todo una fantasía de la vida que se va, llevada por las hadas de la imaginación...
A-M-R
|