Cuando te derrumbas, escribís. Nadie ni nada te consuela.
Entonces escribo sobre vos y me consuelo. Porque si escribo sobre vos, quiere decir que aun tengo recuerdos y sueños. Estas por cumplir los sesenta y las cosas a tu alrededor son distintas. Como tu cuerpo. Como los cuerpos amados.
No te confundas no es depresión...es presión. Todo el sistema nos presiona. Las calles convulsionadas, precios descontrolados, tarifas impagables. Sentís que mantenes a millones abajo tuyos, pero también a los de arriba. Esos no son tantos pero se llevan la porción grande de la torta.
Y vos no haces nada. Ni justicia por mano propia. Nada.
Entonces los tipos tirados en la calle te presionan. Los dolares en el convento te presionan. Todos los días alguien cuenta una historia diferente. Parece un grano de pus a punto de estallar. No tenemos consuelo
Vos también los votaste, me decís? Y a los dos? Entonces lo tuyo es mas grave. Yo al menos ni voy a votar. Es una decisión. Mi tiempo vale.
Vos me decís son un descreído. Y yo te lo acepto. Se hizo tarde. Tengo que reconocer que con vos la paso bien. Te quedas desnuda sobre el sillón y le decís . Ya vengo, voy a entrar el auto.
Y cuando vas a guardarlo sale de la oscuridad un tipo que lo único que te dice es "perdiste". Anda en un Audi. Robado, Se llevan también tu auto. Es una banda demasiado correcta. No te quedan dudas que son policías. es increíble pero eso te tranquiliza.
Luego lo ves en la tele. Ni la denuncia hiciste. No sabes como llego tu auto a Córdoba y Uriburu. Lo rodea la metropolitana. Caos. Justo en ese momento salen los estudiantes de Ciencias Económicas. Sesenta tiros contaron. Los dos autos parecen un colador. A uno lo hirien.
Entonces te levantas de golpe y vas al cajón, Te fijas si pagaste el seguro. No solo te olvidaste de pagarlo, te das cuenta en ese instante que también tu carnet de conducir esta vencido.