Al final parte 8
Francis seguía cogiendo con Oscar, ya no era lo mismo. Ella quería más emoción. Por redes sociales lo buscó y ahí estaba. Le envió solicitud de amistad y quedaron de verse en un bar. Francis lo único que quería era coger, coger y más coger.
-Hola, guapo – dijo Francis quien portaba un vestido muy corto que dejaba ver sus atributos. Su cabello rizado la hacía ver exuberante.
-Qué gusto – respondió el Gabino – toma asiento – el hombre cortésmente la cortejó en su asiento.
Un mesero se acercó a ellos. Pidieron un par de bebidas. Los dos charlaron, pero lo que ellos querían era coger. Solo eso.
Un par de horas, los dos se retiraron para pasar al estacionamiento. Ahí los dos follaron dentro del auto de él.
Gabino no recuerda exactamente el momento en que comenzó a beber. No recuerda cómo terminó siendo un delincuente. Un “amigo” le dio el famoso skimmer y con eso comenzó a clonar tarjetas. Gabino no encontraba trabajo debido a su alcoholismo. Así que el fraude fue más fácil que trabajar.
Después de clonar varias tarjetas en el centro comercial, pasó por la casa de Elena y su ex, Isabela para hacerle la vida imposible. El hombre tocó la puerta, abrió Elena.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó Elena.
-Quiero ver a mi hija, quítate – la empujó para poder entrar a la casa – hija, ya vine por ti.
- ¿Qué demonios haces aquí? – le pregunta Isabela.
- ¡Chabelita! ¡Que milagro! – se burló de ella – quiero a mi hija.
-No es tu hija.
-Claro que lo es. Mi hija corre peligro con ustedes. Son un par de tortilleras, asquerosas.
-No voy a permitir que nos hables de esa manera – le gritó Elena.
-Tienes una demanda por acoso. Podemos llamar a la policía. Vete – le amenazó Isabela.
-Pronto vendré por ella.
Esas discusiones eran frecuentes. Las dos mujeres estaban hartas de que Gabino las insultara y amenazara. Las dos mujeres comenzaban a tener muchos problemas.
Después de su primer encuentro querían seguir viéndose. El sexo que habían tenido, era clandestino y eso le ponía más emoción. Le propuso ir al departamento en el que tenían el espectáculo.
Mientras Francis se divertía con Gabino, su novio Oscar también se sentía perdido. Se había enamorado de Israel desde la primera vez que lo vio en el salón de clases y cuando tuvieron sexo hasta la última vez. Pensaba que era una imprudencia pedirle a Israel follar mientras tenía poco tiempo de haber terminado con Flavio. Quería estar cerca de su amigo.
- ¿Qué pasa con Francis? – le pregunta Israel a Oscar en el carro.
-No lo sé. Está muy distante de mí. Hace más de un mes que no follamos.
-Eso es grave. Francis y tú mantenían sexo seguido.
-Antes sí. Por lo menos follábamos dos veces a la semana. Pero con el horario del hospital es un poco complicado.
- ¿Crees que tanga a alguien más? Ustedes tienen una relación abierta – le comenta Israel.
-No lo sé. La relación abierta era para el espectáculo no para que follara con otros.
Los dos hombres se quedaron callados un momento.
- ¿Has hablado con Flavio? – pregunta Oscar.
-No me responde el teléfono.
- ¿No se te hace raro? Las vacantes para director en hospitales del extrajeron no son fáciles de conseguir. Si nosotros tuvimos que pasar por muchos filtros siendo estudiantes, para la dirección de un hospital y en Suiza, todavía más. Las vacantes se piden con años de anticipación.
-Tienes razón. No lo había pensado – Israel reflexiona.
- ¿Te dijo cuál hospital?
-No. Y yo no le pregunté. Sabes, necesito ir al departamento. Dejé ahí mi otro estetoscopio, el que tengo ya no funciona.
Los dos jóvenes se dirigieron al departamento en el que hacían el espectáculo. Ahí se encontraron con una sorpresita. Israel abrió la puerta del departamento. Se les hizo raro ver las luces prendidas. Se escuchaban voces en una de las recamaras.
-Ay sí papacito, métemela toda.
Francis gritaba y gemía como una loca.
- ¿Francis? – preguntó Israel abriendo la puerta del cuarto.
-Hija de puta - dijo Oscar.
Oscar entró al cuarto y vio a su novia trepada en un hombre, ese hombre era Gabino.
- ¡Hija de puta! ¡Qué haces con ese cabrón! – Oscar le gritó.
Oscar la tomó del hombro para llevarla hacia él.
- ¿Qué pasa aquí? – preguntó Israel al entrar a la recamara. Los vio desnudos y sudados.
-Lárgate de aquí cabrón – le ordenó Oscar.
-Vete – le indicó Israel. El doctor lo tomó del brazo a Gabino que todavía estaba erecto para sacarlo completamente desnudo del departamento.
- ¿Me puedes explicar? – Oscar aventó a Francis a la cama – ¡que cabrona! ¡Estabas cogiendo con ese tipejo!
-Ay cállate. Coge delicioso – les dijo Francis en la cama.
-Vístete – le dijo Israel.
Los dos hombres salieron de la recámara para esperar a que Francis saliera y les diera una explicación.
-Tú y yo tenemos una relación abierta – Francis señala con el dedo a su novio.
-Para el espectáculo – se defiende Oscar.
-Francisca, ese hombre es muy peligroso – le advierte Israel.
-Claro que no. Ustedes no lo conocen. Podríamos aprovechar, ya que Flavio no está, metemos a Gabino.
-Qué bárbara eres – Israel se pasó la mano por el cabello sorprendido por lo que estaba diciendo Francis.
-Eso podríamos hacer y seguir con el espectáculo.
-Francisca ¡no digas pendejadas! – Israel estaba al borde de la histeria.
- ¿Desde cuándo coges con ese hijo de puta? – le preguntó Oscar.
-Como un mes.
-Y por lo menos ¿te cuidas? – le pregunta Israel.
-Claro.
-Eres de lo peor – Oscar le reclamó.
- ¿Sabes qué? Estoy harta de ustedes. Siempre es lo mismo. Cama, sillón, estoy harta de ti, Oscar. Gabino y yo ya cogimos en la calle. Eso es lo que quiero, aventuras, no lo mismo de siempre.
Israel tomó el maletín y se fue junto con Oscar.
Continuará…
|