Reflexión





Pensando sumar hasta 100



Estoy pensando que si por alguna razón logro traspasar la fecha pronosticada en mi autobiografía es posible que alcance a llegar a los 100.
A propósito de pronosticada, les comento que si leen mi autobiografía se enterarán que morí o moriré el 18 de marzo del 2030 al cumplir 88 años de edad. Pero quiero agregar algo: resulta que en abril de este año 2023 tuve que renovar el documento de identidad, el cual me lo dieron con fecha de vencimiento para el 02 de abril del año 2032, por lo tanto, le agradezco al sistema legal que con cariño me regaló un par de años más, así que a la fecha impresa en la autobiografía habría que agregarle ese par de años extras.

Ahora volviendo al inicio quiero centrarme en lo que estoy pensando.
Quiero hacer un poco de ficción, aunque prefiero llamarla fantasía.
Voy a suponer situaciones que hipotéticamente podría escribir o contar oralmente si a los 100 lograra alcanzar, por ejemplo:

Poder decir o escribir que todavía estoy activo, sino en todos, sí en muchos aspectos como conservar buena memoria, ser aún autovalente, poder expresar ideas claras de acuerdo a las circunstancias que se presenten por estos años y no andar o estar anquilosado en ideas del 2023 o anteriores, que aunque caducas aún anidan en la mente de muchos viejos que se escudan en aquello de que todo tiempo pasado fue mejor, mientras que yo seguiré sosteniendo que mi mejor tiempo siempre será el que estoy viviendo, aunque sea a duras penas, dado que los legisladores nunca llegan a acuerdos para mejorar las pensiones.

Si llego a los cien me gustaría darme cuenta, por ejemplo: que en mis páginas del recuerdo nítidamente aún están mis padres, mi hermano, mis hijos, mis nietos, mis amigos y en páginas especiales todas las mujeres que acompañaron mi camino.

Y acordarme de todo lo que escribí con lápiz de grafito, pluma, bolígrafo o con teclado en páginas sueltas o en libros virtuales. Acordarme que las piernas están para andar distancias, los pies para caminar e incluso meter la pata en situaciones equivocadas; acordarme que las manos sirven para saludar, acariciar y modelar materiales. También estar consiente que todas mis extremidades, las cinco, funcionan según lo dicte mi cerebro obedeciendo a mis intenciones, aunque es posible que alguna se haga la desentendida. Estoy pensando en esa que no termina en mano ni en pie, esa que, hasta los primeros de los ochenta, con seguridad la usaba para… para… para… ¿Para qué? Ya no recuerdo muy bien para que la usaba, aunque estoy casi, casi seguro que tenía una utilidad que me hace retroceder en el tiempo a situaciones que me parece eran extremadamente placenteras.

Tal vez será mejor no pensar en carencias o dificultades y agradecer que hoy en mi centuria, aún esa extremidad me sigue sirviendo para eliminar aquellos residuos nocivos que de mi sangre activa, aún filtran los riñones, los cuales debo reconocer, ya comienzan a causarme ciertos problemas de salud, lo que me hace recordar que en mi juventud fueron los causantes de piedras (Cálculos) que pusieron algunos obstáculos en mi camino



Esto que aquí escribo será o hipotéticamente podría ser si es que… con suerte y buena letra llego a los 100.
Nada se pierde con soñar en posibles, aunque parezcan imposibles.
Y les comento que hace unos pocos minutos, mientras publicaba esto, la pantalla y el teclado comenzaron a vibrar, hubo un temblor grado 4 en Santiago.

Y por si acaso quieren leer algo más, aquí dejo el link donde esta relatado el asunto de las piedras (Cálculos) en los riñones.
https://www.loscuentos.net/cuentos/link/586/586264/full/