Reflexión

¿La realidad será un sueño, una mentira o una simple suposición?



Sueño-realidad y/o verdad-mentira


Hay preguntas y hay respuestas. Todas son atendibles. Algo de razón puede tener tal pregunta o tal respuesta, al igual que en su contexto la sinrazón puede habitar, puesto que de negro a blanco el camino es de mil grises, dado que, según la luz, el fondo como también el cristal con que se mire, los colores difieren, por lo cual entre razón y sinrazón coexisten mil matices e incluso las intenciones de quien pregunta.

No hay dos miradas iguales, ni tampoco dos supuestas mitades iguales aunque entre ellas se parezcan, puesto que si así fuera ¿De qué discutiríamos? No habría motivo de pelea, mucho mucho menos de pretextos para idear conflictos e inventar guerras, sería tiempo inerte sin altibajos, inmerso en dubitativas. Por lo tanto sin razón aparente no tendríamos motivos para regular o apurar el paso con intención de erradicar la monotonía de los días.

Ahora, acudiendo a la verdad consensuada, ésta establece que somos una multitud de individuos portadores de cerebros dispares conformados de lóbulos con laberintos semejantes, con funcionamiento electromagnético en circuitos eléctricos parecidos, pero interconectados con tensiones e intensidades de diversas magnitudes, las cuales con intermitencias, secuencias y latencias diferentes de orígenes genéticos o adquiridos, que al interactuar producen alteraciones o cortocircuitos, por lo que precisamente se deriva el caos universal en el cual estamos inmersos.

Y es muy posible que sean estas mismas alteraciones las que le den sentido a la vida en el tiempo y el espacio, adornándola con idas y venidas, encuentros seguidos de desencuentros; alegrías, dolores, como así también placeres alternados de sinsabores; ensoñación y vigilia, momentos de cordura alterados por otros otros de locura; como también de amor, odio, razón, sinrazón, alma, corazón y por ende algunos momentos de paz.

Aún con todo y más, a pesar de combate, tregua y guerra, la diversidad, la duda y la ignorancia sieguen siendo el motivo de la vida. Lo diverso buscando poder y hegemonía sin importar costo ni precio, mientras que duda e ignorancia van hurgando en los confines del saber rasguñando la dermis del conocimiento, tratando de resolver la incógnita que esconde la ecuación de la verdad.

En lo personal me gustaría ser el genio que sea capaz de establecer un nuevo orden universal, pero pensándolo bien, no soy capaz, por lo tanto creo que lo mejor es seguir viviendo en este desordenado orden que la costumbre estableció.

Por eso digo: que viva la vida inmersa en este caos que nos brinda el tiempo con las diferencias propias de la herencia natural y sobre todo la diferencia de género femenino y masculino, que es la que, a mi modo de ver, regula a la vez que equilibra todas las balanzas habidas y por haber.