Te has preguntado porqué caminamos. Sabes cuántos metros, kilómetros llevamos caminando sin saber que caminamos y sin saber que se hace camino al andar, sino que nos movemos por el mero hecho de avanzar y dejarnos llevar por cierto impulso.
¿Será que caminar significa vivir la experiencia de estar con el otro, no dejarle ni un minuto y seguir con el ritmo incesante, sin importar el cansancio mientras sea compartido?.
Así las estrellas uno y dos caminaban y proyectaban planes, sin saber lo que hacían, pues no estaba en sus capacidades formar grandes ideaciones.
Para ellos, moverse era una manera de saber que estaban, de dejar una huella no en un camino predeterminado, sino en sus propias existencias.
Somos como hormigas, dijo él.
'Cómo liebres sueltas por el mundo?, dijo ella. No, somos como dos estrellas que de tanto acercarse han terminado juntas en un rosco estelar, afirmó.
Adónde nos lleva este movimiento eterno, dijo la estrella uno.
Nadie lo puede saber, dijo la estrella dos. Solo sabemos que nos adentramos en un universo sin principio ni final y que el camino que nos espera es desconocido. Hay una vía que recorrer, pero no puede existir un camino prefijado.
Podemos descansar, pero como todo se mueve, somos parte del movimiento eterno, dijo ella.
En este universo estamos juntos, pero en los otros puede que no lo estemos, se lamento él.
Al contrario dijo ella. En éste no podemos asegurar que estemos juntos, solo hemos caminado un tiempo. No sabes acaso que los caminos se separan y bifurcan?.
Pero en otros universo con otras leyes estaremos ahí, uno junto al otro indisolublemente unificados, replicó él, con cierta vaga esperanza.
Que así sea, le replicó ella con indisimulado desazón. |