Trataba de escoger palabras para mi legado,
y de tanto escudriñar en los recovecos de mi mente,
no podía darme cuenta,
que esas palabras no pueden ser concebidas
desde mi existencia.
Tardé en darme cuenta que mi legado
jamás lo voy a poder escoger y plasmar en palabras.
Pero si puedo escoger,
a la fuerza,
las condiciones para que se plasme mi legado,
si es que llegase a existir como tal.
Es que el legado nunca tuvo que ser el sentido
de la propia existencia,
o al menos de la mía.
Mas bien es una mera consecuencia,
de la existencia misma,
y todo gracias a que otros seres tienen la necesidad,
de rememorar todo lo que les afecta
en libros,
en monumentos,
en fotos,
en recuerdos.
Yo me separo (pero jamás desconozco),
los legados que le dieron sentido
a la necesidad de seguir respirando este aire.
Esta separación es material,
y solo lo hago para quienes puedan recibir mi legado,
puedan tratarme como un malagradecido,
pero que mas tarde agradecerán
a este ser errante, de decisiones confusas,
por como entregaba mi energía cada vez que podía,
y por como trabajaba mis inconsecuencias, en el mas oscuro hermetismo,
justamente para que esto último
no sea el legado que pueda quedar en sus mentes,
tal cual como mis antepasados lo hicieron conmigo.
Estas líneas anteriores, son justamente evidencias de mi delirio.
Es la inquietud constante de salir del paso, de tener que ignorar la realidad misma, llena de legados de dolor, de sufrimiento, y de futuros determinados por tantas decisiones cruentas.
Miro estas letras, y acepto al menos, en esta realidad crueldad y dolor, el escribir, el leer, el escuchar, el observar, el tocar, como una herramienta vital de supervivencia, en donde se pueda encontrar belleza, bienestar, o lo que muchos suelen llamar, "felicidad".
Me separo del legado, pero no lo desconozco. Solo lo agradezco, y sigo en vida, resistiendo la existencia misma. |