Carlos

Llevas muchos años de muerto y recuerdo cosas curiosas y divertidas de ti...el guacamol que arruiné en una reunión en tu casa, ir cuesta abajo en mi bicicleta a través de El Incienso, los picnics en el bosque, el prendedor de frutas rojas que tu mismo hiciste y me regalaste, los pastelitos que comíamos casi a diario...nadie sabe de estas cosas, solo tu y yo. Si estuvieras vivo, serías un abuelazo de pelo plateado, como yo. Y te llamaría para pedirte perdón por lo mal que te traté de último. Pero te quedaste eternamente joven...