Viven aquí hombres encerrados
junto a deshechas mujeres de áridos cuerpos
que alguna vez fueron víctimas del deseo
por la belleza pasada, que en el tiempo alegre
de las sonrisas benignas y las fiestas anuales
aquellos de barbas y pieles andaban
embriagados en la espera
de la oscura orilla, siempre atentos
a la insegura forma, próxima a la sangre
Pero he llegado tarde.
Ya las glorias han perecido.
Ya los mapas andan muertos.
La nublada imagen del sueño queda
intacta en la memoria imposible.
Texto agregado el 25-05-2023, y leído por 142
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