Yo solo te veo si yo te quiero ver,
tú solo me ves si yo quiero que tú me veas,
tú y yo solo nos veremos
cuando tú y yo aprendamos a mirarnos,
yo seguiré siendo el otro
mientras tú no dejes de ser el yo,
tú serás el otro hasta que me despida de ese yo,
y tú serás mi otro yo cuando así sea preciso,
pero después tú volverás a ser ese otro otra vez,
ese otro que me devolverá mi yo más insigne,
ese yo que me recuerda quién es ese tu, ese otro
porque no hay más que un yo y que un otro,
un yo que dicta y un otro que copia,
un un yo que da la lección y otro que la aprende,
un otro que grita en silencio y ese yo mesurado,
un yo que solo se escucha y un otro resignado,
un ausente otro ante un mítico yo dogmatizado.
Porque tu yo y mi otro nunca se reconocerán aunque nos miremos en el mismo espejo,
en ese reflejo facetado de ese cristal roto
aquel, ese que nunca quisimos llevar a arreglar.
JIJCL, 21 de mayo de 2023 |