¿Me vas a creer si te digo que te necesito, que me haces falta, que es tan fuerte lo que siento por vos que todo mi cuerpo se pone en tensión cuando te pienso?
Sólo con vos ocurre. Sólo con vos perdura la magia y el choque del encuentro.
Por eso no importa cuanto tiempo transcurra sin que nos veamos, cuando estamos de nuevo frente a frente, la chispa se enciende.
Por eso no importa cuál fue el principio de la historia, ni por qué se interrumpe, ni cual será el final..., si es que tiene final.
Yo creo que es una historia que no terminará nunca, que vendrás cada vez que yo te llame, que iré si me llamás, y alguna vez nos encontraremos por casualidad, sin haberlo previsto.
No hay promesas que nos unan, no hay reproches que nos separen, no hay horarios ni fechas ni obligaciones.
Nunca dijimos siempre. Nunca dijimos nunca.
Ni dijimos adiós. Ni dijimos mañana.
Sos el mago. Sos el rey.
Por eso sos el hombre con mayúsculas. Por eso es que valoro cada minuto que pasamos juntos.
Por eso nombrarte me da luz y alegría.
Y aunque caminemos por sendas diferentes, aunque vayas al sur y yo siga hacia el norte, aunque no protagonicemos la misma novela, aunque tengas otras historias y yo tenga una historia que no me deja en libertad para alcanzarte(todavía no sé, más adelante) nunca te olvidaré, nunca dejare de darte las gracias...
Mi cuerpo es tu creación. Mi cuerpo es de tus manos y tu aliento.
Mi cuerpo te extraña, te convoca, te espera, no se rinde, no se resigna, no se calma...
Porque si no me hubieras hecho sentir mirada, deseada, si no hubieras recreado en mí todo eso tibio, carnal, ofrecido, embravecido y dulce que hace mujer a una mujer... yo no podría conmoverme ahora cuando leo un poema, cuando escucho una canción ( esa que es nuestra canción).
No creas que no te he amado.
No creas que no te amo cuando pienso, cuando te recuerdo y te digo gracias, gracias, un millón de veces...