SE ROBARON LA CAMPANA DE LA IGLESIA DE PUEBLO NUEVO
EN SOCOTÁ
En el nombre de Dios todo poderoso y bajo el amparo especial de María Virgen Inmaculada, los vecinos de Socotá, presididos por el Párroco, se trasladaron al lugar designado, por los ingenieros civiles señores Doctores Silvino Peña y Manuel Sanclemente, para la fundación del nuevo pueblo que, debe reemplazar el que destruyo la catástrofe del 8 de diciembre de 1913.
Allí en el sector de la Chivatera, en la vereda de Pueblo Nuevo, y conforme a lo planeado, por los expertos, se construyeron viviendas, edificaciones públicas, entre ellas, el edificio que serviría a la administración municipal, y por supuesto la parroquia, con el templo, la casa cural y el cementerio.
El día primero de enero de 1916, se inauguró, la Capilla de la Virgen del Carmen y Casa Cural de Socotá, mientras que el cementerio fue el 28 de mayo de 1916, con el cerramiento del lote para su destino.
El pueblo, tuvo su mayor esplendor, durante muchos años, pero por problemas de diferente índole, se decidió volver al antiguo, y las construcciones en la Chivatera, se abandonaron.
Fue así, como la casa municipal, fue cedida, para que en sus instalaciones funcionara la escuela de Pueblo Nuevo, era privilegiada, porque a sus alrededores, tenia, el pueblo como tal, que fue cayéndose, por falta de mantenimiento; un vivero al frente de la escuela que servía de sustento a un instituto agrícola, con un lago en el centro del mismo; un acueducto exclusivo, para la escuela, que al bombear salía agua de un pozo y mediante tubería era llevada a la escuela, instalaciones deportivas; acequias, con cantidad de agua, que los residentes llevaban a sus casas, para regadío y demás labores domésticas.
En 1971, se cayó, lo que quedaba de la capilla, y todavía tenía la campana, con la que invitaban a sus fieles a las ceremonias religiosas, era lo único rescatable, la cual fue donada a la escuela, para que, al hacerla sonar, sirviera de guía a los alumnos, en la entrada y salida de sus clases.
La profesora era Graciela Gómez de Ojeda, quien cito a los papás, para que la colocaran, en el alero de la escuela, en su parte derecha. Allí llegaron los padres de familia, entre otros: don Marcos Salcedo, Fortunato Sepúlveda, Abelardo Merchán, Serafín Gómez, Heraclio Mejía, Ernesto Niño, Doña Anita Trujillo y otra cantidad de gente, a subir la campana.
Los estudiantes se turnaban, para hacerla sonar, cuando era la hora de entrar o salir de clases, lo mismo que, para salir a recreo o cuando este se terminaba, ese sonido retumbaba en toda la vereda, inclusive en San Emigdio, el Morro Varital y hasta en Motavita se escuchaba, era impresionante el sonido que tenía.
Pero un lunes de pascua, cuando llego la profesora, se dio cuenta que no estaba la campana, se la habían robado, de inmediato y al medio día, cuando los estudiantes salían a almorzar, le envío la razón a los padres de familia, los cuales llegaron, con los estudiantes, para la jornada de la tarde.
Se lamentaban, hacían comentarios, hay que poner la denuncia, pero la campana se perdió. Le sucedió lo mismo que a la custodia de Badillo, se perdió, nadie dio razón de la campana, se perdió, se la robaron se la robaron.
NEVERS GERMÁN OJEDA GÓMEZ
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