Silencio…
¿No se ha vuelto perfecto el mundo en este instante?
F. Nietzsche.
Hay muchos tipos de silencio en este mundo;
existen los silencios que sentencian con certeza;
esos a los que, añadida la más variada prosodia,
ganan siempre las más diversas interpretaciones,
Hay también los silencios que no consiguen callar
que no precisan cuerdas vocales para entenderse
y son esas voces omisas que se callan y otorgan,
voces que tal vez podrían cambiar muchas cosas.
Hay esos silencios que se autodenuncian en ecos
que no precisan ser dichos, en el silente mensaje,
en previsible voz que emana en polifónico discurso,
palabras entretejidas en la dialógica resonancia.
Hay silencios angustiados que amplian sentidos,
tesitura de la intriga en una desesperada latencia,
en la puerta que no se abre, en el tiempo que no pasa;
en el infinito sin fin que nunca termina de acabar.
Hay silencios caricatos que despiertan la ternura,
la traviesa mueca entre la mirada fija y la sonrisa,
simpático gesto, la inocencia de un solo instante,
detenido el tiempo en un deseado perenne retrato
Hay el silencio estéril de esa paloma mensajera,
de una incerteza que se repite cotidianamente,
desesperada espera por la esperanza renovada,
de la misiva que se extravió en el tiempo
Y hay muchos más silencios que nunca callan;
silencios obligados, forzados, precisos, necesarios, elegantes, indiferentes, hábiles, consensuados, del decoro, de la impertinencia, de la cobardía o del mero abandono.
Elija el suyo y no se calle (o sí)
JIJCL, 23 de abril de 2023
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