La felicidad ha sido siempre el desideratum de todo hombre, y es por eso que ha desarrollado un sinfín de de medios para llegar a ella. La manera más significativa que representa el camino a la felicidad, es el arte; ya que desde los primeros tiempos del hombre se han desarrollado maneras básicas de expresión que van desde la mitología, la música, la danza, la escritura, el teatro, pintura y escultura; hasta manifestaciones modernas como cine y fotografía. Estas manifestaciones revelan una situación concreta representada subjetivamente por el artista. “El arte no se hace con razones, porque no se hace sólo con la cabeza: se lleva cabo con todo el cuerpo y fundamentalmente con la sensibilidad, las razones del corazón. (...) tiene mucho que ver con los sueños, con esos mensajes que provienen desde el fondo de nuestra inconciencia: disparatados, contradictorios, irrazonables” (como dice Ernesto Sábato), es decir el arte muestra lo más humano del hombre.

Estos mensajes propios del artista, tienen como objetivo ser recogidos por la sociedad y que al menos en un individuo surja el sentimiento que movió al artista a crear su obra. Este anhelo propio de todo artista, lo expresa el escritor Gordon Mathew Summer en su poema "Mensaje en una Botella":

“Voy a mandar un S.O.S al mundo.
Espero que alguien recoja
Mi mensaje en la botella”

En estos versos el hablante lírico exhibe su latente anhelo de que alguien acoja su llamado y se sienta representado con éste, es por ello que el arte tiene como principal misión plasmar lo mejor del hombre representando aquello que motivó al artista a efectuar la obra de arte. Esto mismo afirma el ganador del premio nacional de literatura 2000, el escritor Raúl Zurita: “A través del arte, a través de la literatura, el hombre ha ido dejando lo mejor de sí mismo.”.

El artista al dejar lo mejor de sí, impregna la sociedad con su esencia, con sus más profundos e intensos ideales. Esto que el artífice desea divulgar y comunicar, es producto de sus más profundos deseos, de lo que lo atormenta, lo disgusta y perturba, en definitiva de lo que desea eliminar. A esto se le suman sus sueños, lo imposible de esta vida terrenal lo que quiere lograr o simplemente necesita para ser feliz.

No sólo de sueños y anhelos se alimenta el arte, sino también de apreciaciones por lo que ya se tiene; en otras palabras el artista también recurre a lo bueno de la humanidad y al reflexionar sobre ésta se deduce que son muchas las cosas por las que se debe estar agradecido, muchas cosas que nos benefician. En base a esto se puede afirmar que también son los factores positivos y enriquecedores los que fomentan las ganas de hacer arte e inspiran al artista a crear.

Al unirse estos dos factores, es decir al encontrarse lo bueno y lo malo de la sociedad, nace una crítica constructiva hacia ésta, o como propone Jean Paul Sastre, una pintura parcial de la sociedad en la que cualquier manifestación artística persigue mostrar el mundo tal cuál es. Sin embargo, sostener que el arte va a causar por si sólo un cambio en la sociedad, sería una falacia, puesto que como afirma Sábato: “...el gran arte no propone cambiar las relaciones sociales de una comunidad.”. Por ende necesita un sustento que tiene que nacer de las personas y que pretenda hacer un cambio concretamente. No obstante al ser nosotros, el género humano, el sujeto de estudio no podemos saber qué es la felicidad, o de dónde proviene.
Por lo tanto el arte nace innatamente, sin control o restricción alguna. Sin embargo si no hay motivo visible para realizar arte ¿Es la felicidad el factor creador de las manifestaciones artísticas?, ¿Podremos algún día descubrir los factores que provocan la infelicidad?



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