Inicio / Cuenteros Locales / Guidos / Volantín cortado
Caída lenta desde las alturas después de haber sentido ese tirón que insuflaba energía y expectativas, vigor pleno para continuar rasgando el éter. El viento se enfurece en sus dominios y moldea a su gusto o disgusto con sus dedos punzantes la feble estructura de papel lustroso. El ideal es sólo uno: elevarse hasta lo inaudito que significa lo mismo que acariciar los lomos de una quimera. ¿El final de la historia rompe la expectativa? Es casi seguro- asiente un gorrión que cruza rampante sacándole la lengua a la gravedad. A preguntarle a García Márquez con su Crónica de una muerte anunciada, en que el epílogo nos abre la puerta.
Pero un volantín, un cometa o como quiera que se le mencione es una historia incierta. Se fabrica con modestos materiales, un asunto tan similar al de cierta varilla que cosquilleando una roca dio vida a la chispa que se convirtió en fuego. Papel, coligüe y más de algún ensalmo para que la cosa funcione o sólo la simple práctica de un orfebre. Pero no viene al caso. Como tampoco ese tirón extraño que rasgó la hebra. O el hilo, ¿acaso el cordón umbilical que permite flamear a esos objetos? Un aborto en el aire y niños boquiabiertos contemplando el desastre. Eso no es nada, comparado a lo sucedido a Elon Musk con su cohete gigantesco, con cuyo vergonzante monto podría comprarse un volantín para cada niño del orbe. Y sobraría.
Pero no es así en este caso. Porque volantín cortado es un cadáver flotando en las sinuosidades etéreas. Poco más o menos. O mucho más, porque los niños corren en descampado para apoderarse de esa ilusión tronchada. ¿Para qué? Para dotarlo de una nueva vida si es que no es destrozado por la avidez codiciosa de esos rapaces, capaces de transformar en piltrafas ese miserable objeto de deseo antes de saberlo en manos de uno sólo. Psicología de masas, al vuelo. ¿Y si fuera así? ¿Y si lo restablece y le adhiere un nuevo hilo adherido a sus costillas y una cola para que coquetee con el viento? ¿Será el mismo volantín o sólo un zombie surcando los aires sin ese ánimo prístino que lo embargaba en su vuelo fallido. No sabemos. Nada es para siempre. Lo expreso con emoción, reticencia y algo de pena en este regreso humilde. Tanto como ese volantín cortado que añora mejores tiempos. Abrazos a los buenos. Que son la mayoría.
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Texto agregado el 22-04-2023, y leído por 230
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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11-05-2023 |
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Que sensación mas deliciosa se siente cuando el Volantín se eleva y el hilo tira pidiendo más,y por el contrario cuando cae en picada y se estrella en un techo,en un árbol o en el suelo.
Que lindo escribes Gui,como siempre,admiro tu pluma*****
Me encantó...
Un beso
Victoria 6236013 |
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11-05-2023 |
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Sensible relato de una infancia,
donde todo el planeta de la niñez vuela y se eleva a las alturas inaccesibles.
Las cometas,
los volantines,
os Papagaios no Brasil,
El Papalote en Cuba..
En fin toda niñez,
es astronauta en el espacio apenas suspendido por un hilo....
Aquí mis cinco Pentagramas_5_ Juan_Poeta |
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29-04-2023 |
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Ya me preguntaba qué pasó con Guido. Pero que alegría tuve al saber que estas nuevamente aquí. Se te extrañaba. Jaeltete Tete |
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29-04-2023 |
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Ya me preguntaba qué pasó con Guido. Pero que alegría tuve al saber que estas nuevamente aquí. Se te extrañaba. Tete |
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24-04-2023 |
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Las cometas, pandorgas por acá, siempre han inspirado y motivado la imaginación y su función es llegar lo más lejos. Gracias mi buen y un abrazo y buena salud. sendero |
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