Antes.
Cuando nada importaba,
nada sentía, nada dolía.
No sé en que estaba,
que comencé a amar.
No sé que esperaba
que te dejé latir.


Cuando nada importaba,
nada sentía, nada dolía.
Nunca supe
que tanto iba a doler.
Nunca esperé,
que en cada respiro,
con tu delicado ritmo,
mis entrañas harías caer.


Antes ardía dormido
entregado a lo hoguera.
Respiraba profundo
en completa sordera.


No sé si duele el respiro
que abandona el cuerpo
o el aire fresco,
que sin piedad,
se lleva el aliento.


No sé si es el rojo tejido
que se dilata abrumado
o el cansancio de amar
que se pisa los pies,
de tanto estar agotado.


Ama dormido
entregado a lo hoguera.
Transpira ahogado
en completa sordera.


No sé dónde acabará,
púrpura amigo, tu loca carrera.
Yo sufriendo arrepentido
y tu de prisa corriendo
a cuestas conmigo.


No sé si mucho he amado
o más he sufrido.
Solo sé que cuando decidí amar
algo se me partió sobre el ombligo.
Y que el sangrado que escurre,
hiela como el invierno frío.