Suaves rayos de sol aparecen sobre mi ventana el primer día de primavera y me envalentonan para salir en meses a caminar por las calles de adoquines que se ahogan por un repentino chubasco que espanta a la muchedumbre y la devuelve a sus pisos de colmena soviética como los apoda un conocido mío norteamericano para acabar alabándolos al decir que éstos con una ornamentación decente pasan de ser un calabozo a castillo segoviano a pesar de la guerra de Ucrania que los ha convertido en verdaderas bombas climáticas peores que la imparable desertificación de España y buah que sigo dando pasos por un callejón husmeando de lado a lado no por miedo sino por costumbre y escucho una voz que se va perdiendo difuminada en la ligereza del viento que me dice hala gordo puto Erefante gilipollas que no te da pena cagar con tanta mierda metida en el culo y tener unas nalgas de mujer y le contesto harto que sí que soy un puto gordo pero no tan gilipollas como para no darme cuenta de lo que soy y que quién sois para juzgar a los demás y qué derecho te da la vida para hacerlo mientras le añado una recriminación y le grito gordófobo sin apartar la vista de un coche maltrecho que va perdiéndose por las frescas alamedas pero que de pronto se detiene y baja de él un señor corpulento cara plana y quijada cuadrada que me afrenta diciendo porque me da la puta gana asqueroso paquidermo grasiento y yo vuelvo a gritarle gordófobo alejándome torpemente con pasitos de bebé y el señor airado me alcanza y se abalanza recetándome dos bofetadas bien puestas con puño cerrado y me dice anda que te los ha ganado por insultarme y yo le respondo está bien no lo vuelvo a hacer limpiándome las lágrimas porque el maldito señor tiene mano dura como la de la Mole y me dice sudaca maricón huelebragas minipene que te coja un negro y te vacíe y me empuja al tiempo que caigo en una acera que apesta a orines y caca de perro y los chicos en los balcones comienzan a reír y me cantan el famoso turn down for what haciendo piruetas de simio y meneando la cabeza de lado a lado acusándome de marica y que me devuelvo al piso de mamá y me encierro en la habitación donde no tengo más opción que aguantar y llorar de la rabia y de la impotencia y me digo que es mi culpa porque no paro de tragar y no tengo la voluntad debido a mi carácter débil e incapaz de sufrir el hambre constante que nada puede saciar y porque he dejado de ejercitarme por el cansancio excesivo y el dolor en las rodillas y en los codos y la cabeza y mamá me ha llevado al médico donde me sacaron sangre y éste le dijo que era la tiroides algo hormonal que debía tomar levotiroxina pero tengo miedo porque el corazón me late rápido y me cansa y he engordado por partida doble y ya le he dicho a mamá que no más pastillas y que volveré a los ejercicios con una dieta sana y raciones de comida menores que no son imposibles y que en el Discovery Channel he visto obesos mórbidos bajar de peso y quedar tan fit que la gente no cesa de adorarlos y han dejado de hacerles preguntas bobas como la de no te irás a comer eso con lo guapo que eres y ya sabes que tu salud es primero ni se vuelven con chistes aberrantes sobre mi pene escondido ni con frases como las de seguro que ella tendrá que ponerse arriba y saber eso me alegra porque me sube el ánimo y la autoestima sabiendo que yo también puedo lograrlo y cambiar no sólo mi vida mamá sino que la Historia y sé que puedo puesto que en este Universo todo es mental como está escrito en el Kybalión y tengo esa idea fija como la idea de la cinta adhesiva y un bello cuerpo engrosado más allá de las equis eles que vi en aquella película Inside de Willem Dafoe que hace de ladrón de arte y yo como consumista de podcasts me he imaginado que esa figura era la del youtuber de Ibai donde seguro apareceré comentado en uno de sus streamings y sí ya lo verás mamá he decidido hacerlo ahora mismo porque aquí tengo la cinta y espero que Dafoe lea esto algún día y me felicite por ello porque sabes una cosa mamá también lo hago por ellos y por todos nosotros y aquí tengo la cinta adhesiva también una cuerda y una pistola y qué bien que gracias a tus exigencias aprendí de Arquímedes a cómo construir un aparejo de poleas que se conecta a la puerta y sostiene la pistola que me apunta directamente al corazón mientras cuelgo pegado de la pared por correas negras de cinta adhesiva como si fuera una célebre obra de arte al tiempo en que comienzo a llamarte para que la abras urgentemente y a gritarle a todos esos hijos de puta que hicieron de mi vida un imposible a que vengan de a uno y den sus golpecitos sin que les cruce la idea de darse por vencidos y que vengan por su Erefante crucificado agresor personaje ridículo vulgarote atorrante pelotudo gilipollas un pelmazo que no da pelea.