No nos engañemos, no,
cualquier tiempo pasado no fue mejor,
no nos engañemos no,
y así, cualquier tiempo futuro no será mejor
No nos engañemos, no,
hay entre los dos tiempos un instante revelador,
un presente más que indicativo, un ojo avizor,
atento y adusto observador impenitente
que dice sin decir nada y ya nos lo dice todo.
No nos engañemos, no,
la consciencia sentencia solo si uno quiere,
no nos engañemos no,
el negativo revelado es ya una positivada profecía
No nos engañemos, no,
nada más allá de nuestra cordial sensatez,
esa relativa verdad, fingida nuestra máxima
e impiedosa será la fatal consecuencia,
No nos engañemos, no,
aprender la lección no es sólo memorizarla,
no nos engañemos no,
creer que ya lo sabemos todo es progreso falaz,
un autoengaño consentido que nos redime,
premonitorio requiem por los que aquí aún están.
No nos engañemos, no,
la vida es esa narrativa en que todo creemos,
no nos engañemos, no,
con sus letras, páginas y capítulos ordenados,
son una historia que ya no vuelve atrás,
pero que tal vez aún sería posible mejorarla.
No nos engañemos, no,
no fue por falta de aviso:
no nos engañemos, no.
JIJCL, 8 de abril de 2023.
|