Opus 1: mi presente consentido
Entre el presente y el pasado creo inventar mi futuro,
con ese presente facultativo, día que nunca se acaba,
con esa verdad que es mentira oficial y consentida;
mis teorías conspiradoras se confunden con mi fe,
se abandonan a una insensata razón sin sentido
y abominan esa lógica que da sinrazón a mi razón.
Opus 2: mi pasado permitido
Entre lo que se fue, lo que está y lo que vendrá,
en la austera declaración de la propia ignominia,
de una ausencia que me exime de toda culpa,
en esa ignorancia de lo que sé y ausente ignoro,
en un decir que dije sin decirlo, sin haberlo dicho.
Opus 3: Mi futuro auspicioso
Entre mi locuaz consciencia y mi ausencia de mí,
hay, entre oír y no querer oír, una lección de vida;
el retrógrado regreso a un tiempo que fue el tiempo,
un forjado vaticinio en los más proverbiales refranes,
vacíos y resolutivos slogans en dogmática letargia.
Opus 4: Sin nada a declarar
No soy ni de hoy, ni de mañana y nada a declarar
singular tiempo en la sospechosa tierra de nadie,
encrucijada temporal de memorias y de presagios,
en un lamento dilatad0 por demasiado tiempo,
en la frontera de esa decisión que me cuesta aceptar.
Epílogo: Ni de ida, ni de vuelta
He cogido tanto cariño a mis selectos recuerdos,
a ese puerto seguro al que regresar sin recelo,
a esa razón de la sinrazón en que mi razón se hace
a ese momento no vivido, reconstruido por el tiempo
que entre ir y volver prefiero quedarme aquí mismo.
JIJCL, 8 de abril de 2023.
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