Aprender a confiar debería ser un mal necesario,
pionera mímesis entre el instinto y la consciencia,
lección de vida para nuestra limitada clarividencia
actualización de viejos mitos; de Eva, de Pandora,
ver más allá del dictado debería ser algo obligatorio.
Voy a pedirle cuentas a mi narrador omnisciente,
vendido a un algoritmo entrometido que no soy yo
y ni siquiera era para mi esa tostadora de Snoopy
hace tiempo que quiere saber más que yo mismo,
y me dicta, en entrometidas entre líneas, mi querer.
He decidido no mirarme ya más en los espejos,
dudoso retrato entre lo que veo y lo que quiero ver,
no voy a ser más eseexegeta que se espera de mí,
ese cínico enajenado que ha perdido el rumbo,
que reduce su pereza intelectual en inocuo slogan.
En un suspense poco creíble me omite los hechos,
me atrae con la retórica eficaz del cuento infinito,
con ese encantamiento seductor de las sirenas
y falaz me hace creer en mis propios argumentos
o me esconde incluso mi propia verdad calculada.
Lo sincero de mi autobiografía ya me hace dudar,
entre el decir y lo dicho y lo dicho y mi desdicha,
hablar de mí mismo es al final un hablar conmigo,
un lapidario mea culpa, una ingrata revertida mímesis,
falso contra argumento, íntima refutación poco fiable.
JIJCL, 25 de marzo de 2023.
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