Soy ese, que siempre fuí, añejado con las décadas que me comieron a mordiscos impiadosos.
Me encuentro en la puerta de casa, ahora sí, viviendo solo con mis tres gatos, son mis hijos, lo que más amo, fumando cigarrillos armados de chocolate, veo la lluvia después de seis meses de calor insoportable.
Extraño a todos, sepanlo, mi pequeña familia intangible que voló por mil caminos. Éramos felices, con quejas, ahora soy un infeliz devastado y estoy seguro que más de uno de ustedes es conciente que es imposible ser feliz, a menos que lleven un egocentrismo gigante a cuestas.
Cuántos de ustedes habrán muerto? Espero volver a saberlos antes que eso ocurra.
Soy solitario, en mi vida, me gusta, dentro de estas reglas horrendas para convivir y relacionarse. Cuánto egoísmo! Cuánto dedo alzado echando inverosímiles verdades...
Aquí y ahora, ante la virtualidad de ustedes me expongo y revelo que no poseo fe más que en los animales e insectos.
Hasta pronto y espero volver a escribir. |