¿HOY O MAÑANA?
Hamlet – Ser o no ser, ésta es la pregunta.
William Shakespeare.
Desperté de una terrible pesadilla. En el sueño el amor de mi vida me decía: “Si me quieres hoy, me tendrás, pero me perderás mañana; en cambio, si esperas a tenerme mañana, me tendrás por siempre”.
Tenía que elegir entre tenerla hoy o tenerla mañana. Y es que, aunque poseerla ya, en este momento, en este ahora —frágil y quimérico— sería un sueño cumplido, no me imaginaba despertar y después ya no tenerla a mi lado. Cualquier cosa que quisiera de ella ahora, lo debería sacrificar por la esperanza incierta de un mañana: ¿Su mirada ahora pero no mañana? ¿Sus besos ahora y no después? ¿Sus caricias ahora y luego nunca más? ¿Su presencia hoy a cambio de su ausencia mañana? ¿Un oasis hoy por un desierto mañana?
No, terrible dilema ese de calmar la sed de hoy pero no la de mañana, el hambre de hoy por esa —punzante, aguda— que sin duda sentiré mañana. Inimaginable encrucijada esta, la que —cruel y despiadada— me planteaba la vida. El hoy y el ahora son un suspiro intangible frente a la anhelada idea de un mañana por siempre juntos. ¿Qué hacer, entonces? ¿Si la dejo ir ahora, qué certeza tendré de encontrarla mañana? ¿Será que si hago realidad el ahora perderé para siempre el mañana o si la espero para mañana el ahora jamás vendrá y ese mismo mañana —esquivo y lejano— tampoco nunca llegue?
¿Cómo puede ella —me pregunto—, estar tan segura del mañana, cuando éste es tan impredecible y es un albur confiar en él?
Tratando se de ser más racional que emocional, el hoy (como quiera que se le mire) tiene principio y fin. Empieza a las cero horas y termina a las 24 horas del día que esté en consideración. Es un paréntesis que se abre y se cierra sin cuestionamientos. Su duración es cierta y mensurable. No se puede aplazar, no se puede retener ni tampoco alargar. En cambio, el mañana empieza en el segundo siguiente a que acabe ese día llamado hoy y podría no tener fin. Es un paréntesis abierto a la derecha que no se cierra nunca, a menos que se le fije término y tenga una fecha precisa, sin dudas ni vacilaciones y sin ambigüedades ni relativismos. El mañana se puede aplazar, se puede posponer, se puede estirar sin límite alguno porque su plazo es amplio y generoso y no se compromete con fechas ni calendarios. ¿De qué mañana, pues, habla ella, de qué mañana hablo yo?
Tal parece más una paradoja, un si mañana vienes te daré más de lo que puedo darte hoy, y así es como aplazas y aplazas, día tras día, en una eterna espera por conseguir siempre un poco más.
Ni Hamlet tuvo dilema más grande que el mío y ante la pasmosa idea de que el mañana —poderosa pero frágil promesa— no sea jamás una realidad, me quedo con el ahora de ella —efímero y fugaz—, así no pueda retenerla después y no exista para ella ni para mí ni un lejano mañana…
Marzo 15 de 2023 Hora: 1:23 a.m
REFLEXIÓN SOBRE EL AHORA
Matemáticamente el Hoy es X, luego el Mañana será X+1 y el Ayer fue X-1. La prueba es sencilla: Hoy es 15, luego Mañana será 15+1=16 y Ayer fue 15-1=14. Para cuando X alcance el 16 (el Mañana visto desde el Hoy (15), resultará que ese nuevo Hoy (16), automáticamente marcará un nuevo Mañana (16+1) y por supuesto un nuevo Ayer (16-1), etc.
Píldoras previas:
• El mañana nunca llega. Siempre estará un paso adelante del hoy.
• Más rápido el hoy se convierte en ayer que el hoy en mañana.
• El mañana es la promesa que nos mantiene vivos, con la esperanza puesta en el futuro.
• Nadie vive para el ayer y muy pocos para el hoy. Todo se lo apostamos a un mañana que no sabremos si llegará.
El mañana se refugia seguro en el futuro y el ayer se siente a salvo en el pasado, mas el hoy se circunscribe a lo que el instante y el ahora nos pueden brindar. Un segundo antes del ahora es parte del futuro. Un segundo después en parte del pasado.
¿Qué puede entonces ser más fugaz y escurridizo que el ahora que no se deja aprehender? Un instante lo ves, un instante después ya no lo tienes. El ahora vive en el apretado y estrecho espacio entre el antes y el después. No alcanzas a inspirar el aire cuando ya lo debes exhalar. Ese breve momento en que el aire se sostiene en los pulmones es el AHORA. Es eso y nada más ¿Cómo pues podemos disfrutar del ahora si no tenemos más tiempo que para respirar?...
La idea de juntar esos trozos de instantes y de unir esos fragmentos del ahora son los que nos dan la sensación y el alivio psicológico de estar viviendo un ahora continuo, pero que en verdad está muriendo a cada momento, igual que él aire viciado de los pulmones que nunca más volveremos a respirar.
Estoy caminando, estoy comiendo, estoy trabajando son expresiones que pretenden unir piezas de eslabones que apenas logramos asir y de pegar, cuando ya otro y otro más vienen para seguir tejiendo esa intangible sensación de estar viviendo una vida que nace y muere a cada instante y que sólo mediante el recuerdo logramos darle un sentido coherente: he hecho esto, he logrado aquello pero no he logrado esto. La memoria y la vida de cada uno es un recipiente de momentos (ahoras) que se van guardando y amontonando unos sobre otros en escaparates de años y de días de historia personal que nadie jamás conocerá y que una vez muramos se perderá entre las cenizas y el fuego sagrado del adiós.
La mejor manera de vivir es la de no prestarle atención al tiempo (personaje ajeno, indiferente e inmutable), a lo que sucederá después ni a lo que sucedió antes, pues no tenemos poder ni control sobre ni ninguno de ellos. El tiempo pasará así no queramos que pase. Haz lo que tengas o quieras hacer mientras estés respirando: único parámetro que mide el ahora en el que vives y única referencia de que tienes vida; así, pues, que mientras respiras vive y haz lo poco o mucho que quieres o necesites hacer porque es todo el tiempo que tendrás. No cuentes con que mañana vas a estar respirando y que continuarás respirando por 20 o 50 años más. Nadie ni nadie te lo puede garantizar. Sólo la confianza en Dios, quien nos dio la vida, nos llena con la fe y la esperanza de tener una larga vida donde podamos soñar, amar y vivir de la mejor manera para justificar nuestra fugaz existencia y nuestro irrepetible paso por este mundo.
Marzo 18 de 2023. Hora: 12:00 (entre el límite del ayer y del hoy)
GerCardona. Bogotá-Colombia |