El otro día estaba en una biblioteca, esa que asiduamente recorro. Un panadero que había entrado por la ventana despertó mi curiosidad y lo seguí. El destino hizo que mi vista observara la parte baja de un estante varias veces recorrido.
Un libro salió a la luz o más bien, el panadero me lo marcó. Su tapa dura, vieja, astringente hizo que mis dedos pusieran resistencia al agarrarlo, además de una telaraña que no permitía que saliera fácilmente más allá del polvo que podía envolverlo. “gajes de estar ahí abajo” pensé yo.
Retire el libro; con un soplido y varios estornudos posteriores pude ver el título que llamo aún más mi curiosidad. Me fui a sentar, en ese rincón donde un haz de luz entraba por la rendija y permitía una buena visión para mi lectura. A cada paso, el libro se liberaba de esa suciedad acumulada por el olvido.
Me acomodé y empecé a leer. Cada página era completamente independiente a la otra. Al descubrirlo, el azar hizo que arrancara por la página 34
“Para mi querida hija, que los dichos de la memoria, jueguen el papel de los olvidos y que toda la felicidad caiga en ti, como un rayo en la playa. Con todo amor, tu padre”
Después de ahí, fui saltando páginas.
Página 12
“Para mariana, para que en cada abrazo y cada beso matinal, llene de energía tu cuerpo y tu alma. Tuyo Nahuel”
Página 56
“Esther, que lo imposible, sea posible. Victoria”
Página 44
“Valeria, que inundes Buenos Aires de buenos deseos. Que el poder de tus sueños despierten al Ángel de la guarda. Suerte en este viaje. Con amor, Matías”
Página 1
Si alguien pregunta, recomiende este libro “el libro de las dedicatorias”, siempre hay una historia detrás.
@nahuelroig24
PD Gracias sendero por la inspiración.
|