Esta historia sucedió hace algunos años en un lugar no tan lejos, pero si, desconocido por muchos.
Era una tarde de agosto y el frio del invierno, espantó a la gente de las calles.
Yo volvía a mi casa después de una jornada de trabajo similar a la de los últimos doce años. Al bajar del colectivo presentí algo, no puedo explicar qué, pero era un presentimiento feo. Llegué a casa, entré, y encendí el televisor para distraerme un poco mientras me preparaba un café. En eso golpean a la puerta, me fijo por la mirilla y veo a una joven mujer, agitada y asustada como si escapara de algo o alguien. Abro la puerta y la hago pasar, le sirvo una taza de café y ya un poco más calmada comienza a contarme lo que había sucedido. A unas cuadras de distancia, un hombre, vestido con un lujoso traje negro a bordo de un auto importado, la había interceptado. El desconocido, le preguntó por una familia, algo normal si tenemos en cuenta que no es de la zona. Sabrina, así se llamaba esta joven y bella mujer, le indico donde era la casa. El desconocido avanzó en su auto hasta el lugar, descendió del mismo portando un arma, que debido a la distancia, ella no supo especificar qué tipo era, solo recuerda los tiros y gritos que venían de esa vivienda, lo que la hizo correr sin parar hasta llegar a mí.
Cuando termino de relatarme lo sucedido, le pregunte de donde era, ya que no me era conocida del barrio. Me dijo que venía de otra provincia y que había acudido a visitar a una amiga. Yo le creí y ya no indague más sobre su procedencia.
Decidimos no avisar a la policía, al menos hasta no estar seguros de que algo malo había pasado. El sol ya se había ocultado y las luces de las calles iluminaban las calles semi desiertas. Salimos y empezamos a caminar, llegamos hasta la esquina donde ella se había cruzado con el desconocido, y de ahí nos dirigimos hasta el lugar del supuesto acontecimiento, nada raro se veía, no había signos de violencia en la puerta, ni ventanas rotas y en el interior las luces estaban encendidas y se oía música . No sabíamos si tocar timbre o tratar de ingresar, decidimos llamar primero y en caso de que nadie respondiera entonces si intentaríamos lo otro.
Varias veces sonó el timbre, pero nadie salía. En eso se acercan dos personas, aparentemente vecinos del lugar, y nos preguntan a quien buscábamos. Al nombrarles a la familia que vivía en ese domicilio nos dicen que el matrimonio con los dos hijos nunca llegaban antes de las diez de la noche ya que ambos trabajaban y dejaban a los chicos en casa de un familiar. Luego de este comentario les narro los hechos que vio Sabrina, y entre risas me dicen que es imposible eso ya que ellos viven en la vivienda de al lado y no escucharon nada durante la tarde. A pesar de mi insistencia seguían negando los tiros, los gritos y el auto del supuesto criminal.
Totalmente desconcertados nos despedimos de esa gente despojados de ideas para comprobar lo acontecido esa tarde. De regreso en casa ella me dice que no tiene donde pasar la noche, a lo que le ofrezco dormir en mi dormitorio y yo en el sillón del comedor, aceptó, cenamos algo mientras charlamos de cosas sin importancia, tomamos un café y se fue a acostar cansada por el día que había tenido. Yo me quede escuchando un rato música, mientras charlaba con amigos en internet. Al mirar la hora, eran cerca de la medianoche, por lo que decidí irme a dormir también. Me recosté y comencé a sentir voces provenientes de mi habitación. En un primer momento pensé que estaba hablando por teléfono con algún familiar, pero era imposible porque ambas voces se escuchaban muy cercanas. Me acerqué sigilosamente hasta la puerta y traté de escuchar mejor, fue ahí cuando ella dijo, alguien anda cerca, mejor seguimos mañana. Yo volví al sillón y me quede pensando en todo lo que había acontecido hasta que el cansancio me venció y me quedé dormido.
El sol que entraba por la ventana me despertó, era sábado, y yo no trabajaba. Mi cabeza se partía del dolor, y al verme fuera de mi cuarto recordé que ella había dormido en mi cama. Tomé una aspirina y preparé el desayuno, para despertarla. Cuando fui hasta el cuarto vi que la puerta no estaba cerrada, ingresé y no había nadie ni había rastros de que alguien hubiese estado ahí.
Abrumado, desconcertado, sin encontrar una respuesta lógica, volví a la cocina, encendí un cigarrillo, me prepare un cortado y me senté a tomarlo. Reviví en mi mente cada uno de los detalles desde que Sabrina golpeó mi puerta y varios interrogantes surgieron. Quien era en realidad ella? De donde venía? Donde y como se llamaba la amiga que vino a visitar? Fue real lo que vio? Con quien hablaba en la habitación si estaba sola? Por qué se fue sin esperar a que me levante o al menos sin dejarme una nota? Muchos preguntas y ninguna respuesta. Que debía yo hacer? Dejar todo así como si hubiese sido un sueño, o salir y tratar de descifrar todos esas dudas que quedaron en mi? Ambas cosas eran difíciles, olvidar no es fácil, y menos cuando sucede algo que queda inconcluso.
Me di una ducha, me vestí y salí de casa a buscar algún indicio, algo que me dé un poco de luz a esta historia oscura y sin salida.
Recorrí la zona y pasé por esa calle una y otra vez, hable con quien quisiera oír mi relato, nadie sabía nada, por último, y ya sin grandes expectativas, golpee la puerta de la casa en cuestión.
Siento una voz del interior que me pide que espere, aguardé un par de minutos y salió, era un hombre joven, con cara de haber dormido hasta recién. Cuando lo tuve frente a mi no supe cómo empezar, lo primero que se me ocurrió fue narrarle lo que Sabrina me había contado, escuchó todo sin interrumpirme, pero cuando termine, me dijo que nada había pasado, que tanto él como su familia estaban bien y que además ellos no estaban durante el día, algo que coincidía con lo que los vecinos habían dicho la noche anterior. Me despedí de él y agradeciéndole y pidiendo disculpas por la molestia.
De regreso mis dudas en torno al hecho se habían disipado, pero aun quedaba lo más difícil de entender, Sabrina, ella era un interrogante que no tenia explicación. No tenia como buscarla, ni donde, no sabía quién era la amiga que vivía en esta zona, y tampoco de donde venia ella.
Nunca me caracterice por ser un buen detective, y mucho menos por descifrar misterios, y este era un caso muy difícil para poder esclarecer.
Me puse a escribir con detalles cada cosa y cada palabra que habíamos compartido, y llegué a la conclusión que algo buscaba, que lo del tiroteo en esa casa fue solo una excusa pero, que buscaba? Que quería de mí? y lo que más me movilizaba, con quien hablaba esa noche?
En ese momento recordé algo, cuando fuimos a ver qué había sucedido, nos paramos delante de un negocio que tiene cámaras de seguridad, si iba y les pedía que me muestren la lo que habían filmado capaz conseguía una imagen de ella para imprimir, y así al menos podría mostrarla para saber si alguien la conocía o la había visto.
Me dispuse a salir hacia ese negocio, cuando un pensamiento me detuvo, y si ella había sido enviada para averiguar cómo y donde vivo, que hago de mi vida, con quien estoy, y muchos interrogantes más invadieron mi cabeza.
Pero quien haría eso? por qué? Con que fin harían algo así?
Mi vida es bastante rutinaria, trabajo, vengo a casa, escucho música, miro alguna película o serie, me acuesto y al otro día lo mismo, los francos me la paso en casa o voy a visitar a algún sobrino, todo muy normal, muy común para ser investigado por alguien.
Deje los interrogantes y los pensamientos de lado y salí hacia el comercio, al llegar al lugar hablo con el dueño y le explico todo lo sucedido, le pido que mire en la grabación de la cámara y se fije el momento en el que estuve detenido con ella mirando la vidriera, que por favor me dé una captura de imagen donde se vea ella, y así intentar buscarla.
Claudio, así se llama el comerciante, tan intrigado como yo por el relato, no perdió tiempo y empezó a buscar en la grabación el instante que yo le describí.
Grande fue la sorpresa al ver que el momento estaba, pero en la secuencia solo aparecía yo en la filmación. Se veía claramente que yo hablaba con alguien, pero ese alguien no aparecía en la filmación.
Aturdido por el resultado, agradecí la amabilidad y predisposición de él y me retire del lugar. Volví a casa con más interrogantes de los que me había ido.
La idea de que todo fue un sueño me volvió a la mente, pero mi imagen en la cámara de seguridad descarta esa posibilidad. Y entonces? Que fue lo que realmente paso? Quien era Sabrina y que vino a hacer realmente?
Se me ocurrió salir y buscar las personas que habíamos entrevistado con ella para que me digan si se acordaban de esa chica que me acompañaba. Era gente del barrio, no sería difícil volver a verlas.
Salí de nuevo y empecé a caminar por el barrio, la suerte no me acompañaba, ninguna de las personas que cruce eran los buscados. En eso me acorde de las dos personas que eran vecinos de la casa que supuestamente había sido atacada.
Me dirigí hacia esa casa, al llegar toque timbre con insistencia, pero no tuve respuesta, supuse que no estarían, pero salió el vecino de al lado, el muchacho de la vivienda del relato y me pregunto que necesitaba, le dije que quería hablar con sus vecinos, sorprendido me dijo que iba a ser imposible, porque en esa casa no vivía nadie, hacia más de dos años que estaba desocupada ya que sus ocupantes, un matrimonio de mediana edad, habían fallecido en un accidente.
Yo ante el asombro por su comentario le describí como eran las personas que buscaba, y me aseguro que si, que se trataba de ellos, pero que lamentablemente ya no vivían.
Le volví a agradecer y a pedir disculpas por las molestias y me retire del lugar. Al llegar a casa, mi confusión era total. No podía pensar claramente lo que estaba pasando, me recosté en la cama y mi mente no dejaba de pensar.
Quien era realmente Sabrina? Fue real su presencia, o solo un producto de mi imaginación? Cómo y por que llego a mi casa? Muchos interrogantes y ninguna respuesta, nada que me pueda despejar tanta incertidumbre.
Nunca obtuve respuestas, ni volví a ver a Sabrina, pero cada tarde, cuando llego del trabajo espero que alguien golpee mi puerta y al abrirla sea ella, que viene a despejar todas las dudas e interrogantes que aún perduran en mi.
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