Y volviste,
volviste cuál ave viajera
que en su largo andar
recuerda los pasos que lo llevan a su nido
nido cargado de deseos
cuáles atardeceres encantadores, plagados de enigmas
de secretos,
de posesiones.

En medio de la nada
el suspiro muestra lo vertiginoso de nuestro andar
en medio de la nada, todo es nada
nada es todo,
todo es lo que puedo entregar,
entregar mis poros,
mis gotas de sudor
mi cuerpo enajenado, abatido, sediento
indeciso de hacer y ser.

En mil pedazos se reconstruye mi alma cada que vuelves,
que llegas y rompes la barrera del silencio,
la barrera del mutismo que exacerba cada latido,
cada centimetro de mi,
cada que posees mi más recóndito espacio,
cada que miras mi aliento,
sientes mi respiro,
que sientes el jadear.


Cada que partes de mi lado y dejas mi cuerpo confesado
confesado mi necesidad de verte.
vete paloma viajera
posa tús amores en un nuevo escampadero
fervoroso
tenebroso
pero vuelve como te fuiste,
fuerte,
rápido,
impetuoso,
para que vuelvas a recorrer y besar cada espacio,
besos que hasta las sombras sientan
y se estremezcan cuál ola de invierno
que se lleva tu alma.