Sentada espero
Mientras se consume un cigarro
Entre mis dedos.
(Y)Tú no llegas.
Noches de insomnio
Eternamente en penumbra.
Mi mente te duerme
Y tú mientras en ausencia
Perpetua.
Te despiertas a tu libre albedrío
Y me inspiras cuando..,
Cuando mis manos no pueden seguirte.
Aprehendo los instrumentos
Para alcanzarte;
Y, te niegas:
Te niegas a presentarte.
Me hago la que no ve,
La que no oye
Sólo para poder alcanzarte.
Y, apareces burlándote...
¡qué esperas de mi!
Dime, maldita musa,
Entonces, ¿qué esperas de mi?
M. LIGEIA 13.VIII.2001
Texto agregado el 03-06-2003, y leído por 185
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
19-12-2003
Mis estrellas para esta esquiva musa que sí está en estos versos. Le imprimes fuerza al poema y sugieres una casi conversación con la musa. Mis estrellas. FaTaMoRgAnA
05-06-2003
la verdad... algo puñetera tu musa ¿cuál fue? Melpómene se portó bastante bien conmigo...le diré que hable con su hermana...me has sorprendido... quitaria el verso de perpetua...creo que es omitible... humildemente lo digo( aunque no lo soy) perse
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