Acercándome al guion

LA ORACIÓN


Esta historia es solo ficción, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Primera escena
(Capítulo primero)

En una calle del barrio 20 de julio, dos amigos conversan, mientras están sentados al lado de una pileta.

Pichi: Germán escucha, (mira hacia al cielo), estoy enamorado de Patricia.

Germán: No te creo (hace un gesto).

Pichi: De verdad que estoy enamorado, esa hembra me trae loco.

Germán: A mí me gusta Nargi, (respira profundo), le voy a decir que sea mi novia.

Pichi: No sé si yo le gusto, ( mira hacia la casa de Patricia), ella es una bella morena.

Germán: A Nargi le gusta la poesía, igual que a mí.

Pichi:. A Patricia también le gustan los poemas.

Germán: ¿De verdad?, pero yo la veo muy niña, ella tiene 13 años.

Pichi: No veo el problema, por ello. Yo tengo 16. He pensado en algo, (saca un papel), le voy a hacer la oración del tabaco.

Germán: ¿La oración del tabaco?, (ríe a carcajadas), eso no funciona, todo eso es mentira.

Pichi: Te equivocas, eso es verdad, (desenvuelve el papel y lee mentalmente), puedes ver cómo lo hago, y ya verás que será mía.

Germán: Ver para creer. Deberías enamorarla con detalles.

Pichi: Ya le he regalado cosas, y no me presta atención. Debo comprar un tabaco, para que sea efectiva la oración.

Germán: Ja, cómpralo para ver.

Segunda escena
(Capítulo segundo)

En el cerro de Sinaí, al borde de una pendiente, se hayan los dos amigos. El paisaje ofrece algunas casas en madera y tierra erosionada. Pichi sentado sobre una piedra empieza la brujería.

Pichi: Ya verás que va a funcionar. Ella hoy me va aceptar como su novio.

Germán: Yo solo pienso en Nargi, ella si me gusta de verdad. Patricia no tanto, porque la veo muy niña.

Pichi: ¡Qué!, si tú tienes apenas quince años, tú piensas como si fueras de 20.

Germán: ¿Será?, parece que estoy madurando rápido.

Pichi: Hablas como si fueras un viejo, estás maduro.

Germán: Mejor no, porque el que madura a temprana edad se pudre rápido.
(Ambos ríen a carcajadas)

Pichi: Lo primero que voy a hacer es encender el tabaco, (saca un encendedor y gira la rueda dentada hasta formar la llama), listo, ahora debo fumar y leer la oración.

Germán: ¿Quién te enseñó eso?

Pichi: Un pariente. Él fue quien me escribió la oración.

Germán: Ese humo asfixia y huele bastante, (mira hacia las casas en madera), ojalá nadie se de cuenta de lo que estás haciendo, van a decir que somos brujos.

Pichi: Je, je, je, tú sí eres miedoso, eso no importa.

Germán: Apúrate, que ya me dio curiosidad, (inhala el humo y fija la mirada en su amigo, que lee en voz alta, se da golpes en las piernas y fuma el tabaco).

Pichi: Listo, ya terminé vámonos que esa hembra ya es mía.

Germán: Estoy borracho, me tragué todo ese maldito humo, ( se agarra el cuello y tose), voy agarrar un cáncer.

Pichi: ¡Qué!, (ríe), tú sí eres bien tonto, tenías que aguantar la respiración.

Germán: Tú no me dijiste, bueno ya para qué, mejor vámonos que ya todo este tema me aburrió.

Pichi: Bueno.

Tercera escena
(Capítulo tercero)

Pasando por la casa de Patricia. Ella se halla en la terraza leyendo.

Pichi: Mírala no es hermosa, ahora voy a cepillarme, bañarme y regreso para decirle que me acepte como su novio.

Germán: Voy a hablar con ella mientras regresas.

Pichi: Entretenla un rato, ya verás, (se fue apresurado para su casa).

Germán: Okay, (por algunos minutos miró a Patricia con gran admiración. Contempló una belleza que no había visto en ella. Reconoció que era una niña muy simpática y que al igual que Nargi, le estaba atrayendo con gran intensidad. Caminó atraído por su sonrisa y se paró frente a ella, con ganas de besarla.

Germán: Hola Patri, ¿cómo estás?

Patricia: Hola Germán, ¿de dónde venían ustedes dos?

Germán: Por ahí, escribiendo poemas.

Patricia: Me gustan mucho los poemas, escríbeme uno.

Germán: Todos los que tú quieras, nena, (la miró enamorado).

Patricia: Guauu, que gentil eres. Tienes unos ojos preciosos.

Germán: Gracias amor, me gusta tu sonrisa, sabes, eres una morenita muy hermosa.

Patricia: Gracias, ¡qué caballero!

Germán: Por ti, hasta más.

Patricia: ¡Oh!, ¿me estás enamorando?

Germán: Quiero que seas mi novia, (le agarró las manos y la miró con fijeza?

Patricia: ¿De verdad quieres que sea tu novia?, (lo miró con ternura), si antes ni me determinabas.

Germán: He descubierto que te amo y quiero que seas mía.

Patricia: Yo no sé que pasa pero siento mucha atracción por ti, y no puedo decirte que no.

Germán: Entonces me aceptas, (la tomó por el mentón y la besó).

Patricia: Si mi amor, yo también te amo.
(Ambos se besaron profundamente)

Cuarta escena
(Capítulo cuarto)

Pichi bañado, cepillado y bien vestido llega a la casa de Patricia.

Pichi: Buenas tardes, Patri, quiero hablarte de algo muy importante.

Patricia: Buenas tardes Pichi. ¿Vas para una fiesta?, estás muy elegante.

Pichi: No, he venido a visitarte, quiero decirte algo a solas, (mira a Germán y le hace señas para que se vaya).

Germán: Bueno, yo me voy, chao Patri, hablamos después, (mira a Patricia y le guiña un ojo, luego se va).

Patricia: ¿Qué quieres hablar con migo?

Pichi: Tú sabes que estoy enamorado de ti, ya es hora que me aceptes.

Patricia: Tu eres buen amigo y me caes bien, pero no puedo ser tu novia, yo amo a otra persona.

Pichi: No puede ser cierto, porque tú debes amarme a mí, eso está escrito.

Patricia: ¿Escrito en dónde?

Pichi: En la vida, tú sabes, son designios.

Patricia: ¡Qué!, ¿estás comiendo jabón?, en mi corazón mando yo.

Pichi: Entonces, ¿no me vas aceptar?

Patricia: No, seamos solo amigos, es más bonito.

Pichi: ¡Ah, está bien, entonces chao, (se fue malhumorado), esa porquería de oración no sirve para nada, Germán tenía razón, (se dijo a sí mismo).

Quinta escena
(Capítulo quinto)

Después de 35 años Germán y Patricia, aún se miran como si fueran aquellos novios de juventud. La atracción fue limpia y sincera.

Moraleja:
La impaciencia puede llevar a cometer actos infructuosos.
A una mujer se le conquista con gentileza, con detalles y con un corazón noble.