REALIDAD VIRTUAL
En algún lugar del planeta tierra un pájaro trina anunciando la llegada de la primavera, pero yo no sé qué clase de pájaro es ni dónde está, y de su trinar no tengo constancia alguna porque nadie que yo conozco lo escuchó ni imagina cómo fue ese dulce canto. Es posible que ese emplumado no exista y sea sólo una fantasía o una metáfora para explicarle a colegiales el génesis de una estación florida y llena de verdor. Lo que nuestros sentidos no captan se convierte en motivo de especulación, incredulidad o como mínimo de duda metódica y especulativa. Llueve donde la lluvia moja. Hace sol donde la piel se quema. Nace una planta donde una semilla se siembra. Todo lo que es comprobable es cierto. Tu amor, por ejemplo, me llena de aprensión y recelo. No creo en él. No lo siento. No lo perciben mis sentidos. No sé siquiera dónde está ni por dónde va o viene y mucho menos por dónde camina y respira. Si me sueñas, no me sirve. Si me piensas, no me afecta. Si me recuerdas, no significa nada. Si no hay hechos reflejados en obras, llámense éstas: besos, abrazos, palabras, miradas y caricias, no eres más que una sombra esquiva, un fantasma; en resumen, una realidad virtual, una quimera odiosa y despiadada que pretende afectar mi vida haciéndome creer que en medio de tu distancia hay un soplo de esperanza, un batir de alas de una frágil mariposa que con su leve aleteo moverá montañas y despertará un volcán dormido...
Enero 13 de 2023
GerCardona. Cajicá-Colombia
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