Esta es una adaptación de un relato escrito aquí en el 2006. Como les conté una vez, intento poner en práctica lo aprendido desde entonces. No quise tocar mucho este relato, porque pese al estilo informal de su versión original, logré entender porqué quise compartirlo aquella vez. A mí me sacó más de alguna sonrisa pero puede que sea algo personal xd.
Saludos, colegas.
p.d. morí de la risa por haber escrito "bacilón" en el original.
Una noche, a “La Vieja Fea”, la famosa salsera, así la escuché relatar:
“Yo soy tremendo vacilón porque he aprendido bien la lección de esta vida. Me va y me viene si me veo bien, lo importante es saber que estoy rica, que las neuronas en mi cabezona no son turistas y que actuando según lo que ellas dictan, hago camino al andar: dos puntos, o sea, porque quiero, sé que puedo crear un mundo mejor, ¡a mi pinta!
Dicen que ser fea es de pinga pero creo qué peor es ser linda.
Hubo un tiempo en el cual yo me creía la doncella del cuento y me pasaba soñando con un galán que me viniera a rescatar. Pues, fíjate que me tuve que sentar porque de esperar ya me estaba cansando. Reflexionando así de un modo medio superficial, me pregunté: ¿seré yo la anormal? ¿Será que mi espejito mágico no me ha querido promocionar? Debe ser el timbre de mi puerta que está jodido y no ha querido sonar cuando mi príncipe azul por mí ha venido.
Imaginé a mi galán luchando contra dragones, contra bolas de fuego y ratones; sudando la gota gorda por llegar hasta mi hogar. Lo imaginé atravesando montañas, haciendo marañas para poder llegar hasta mí, su meta final. Entonces, me inundaba de esperanzas. Me peinaba y me arreglaba las tetas. ¿Serán bastante para él o me las debería agrandar?
Bueno, para no aburrirte, el caso es que, en la espera, me puse más vieja y más fea. ¡La sincera! ¡Si esa es la ley de la naturaleza! El tiempo pasa y nos marchitamos por fuera. Claro que conocí muchos amores. Nunca tan tonta de no probar otros sabores. Siempre creyendo que el pasto en el valle del al lado era el que servía y que la hierba de mi amiga era más rica por no ser mía.
Así fui creciendo, madurando, analizando, hasta verme practicando lo que llegué a predicar. Me costó bastante, y al principio había muchos que me criticaban: no confiaban en que pudiera ser así, que una mujer frágil se vuelva fuerte, que una boba saque frente, y que embarrándola se aprende.
Por eso, ahora, soy tremendo vacilón; porque he aprendido bien la lección de esta vida. Me va y me viene si me veo bien, lo importante es saber que estoy rica, que las neuronas en mi cabezona no son turistas y que actuando según lo que ellas dictan, hago camino al andar: dos puntos, o sea, porque quiero, sé que puedo crear un mundo mejor, ¡a la pinta mía!
Verte vieja y fea es de pinga pero peor es andar por la vida haciéndose la linda.”
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