Mercedes, llamada por los vecinos La tía puertas desde que su amante la abandono, se convirtió en una bella mujer solitaria de mal carácter, casi todo le molestaba, hasta las inocentes travesuras de los niños, que a veces jugaban a la pelota en la vereda, cuando no pasaban los autos. Con el paso de los años, salía a comprar verduras, y algún que otro medicamento. También raudamente tomaba su bicicleta playera y bicicleteaba presurosa, cuando la agobiaba la soledad.
En el pueblo, los niños y adolescentes, en sus andanzas pueblerinas, la llamaban ”La tía puertas” porque era común que estuviera detrás del portal grande observando a través de una minúscula mirilla, espiar a los vecinos fisgoneando las andanzas de los mismos, para luego ir a comentarlas por allí.
Ante las fastidiosas bromas de ellos, solía sorprenderlos con la escopeta de Félix, un amante que había tenido hacia unos años para asustarles. Huían velozmente por todo el terreno hasta llegar al camino; eran tan rápidos, que Mercedes hasta a veces se divertía esbozando una sonrisa, cuando algún chiquillo quedaba tirado a mitad de camino.
Una noche fría Mercedes escuchó ruidos y al salir escopeta en mano, se sintió un fuerte ruido. El olor a pólvora no se había dispersado y empezaba a percibirse ese aroma ácido de la sangre fresca que empieza a coagular. Con el reflejo del sol de la mañana la mancha parecía de color negro.
Jamás había manipulado un arma, por lo que, ante la detonación acudió su vecino más cercano, quien asombrado observaba con que puntería había cazado una perdiz a medio terreno, mientras en ese momento ella levantó la cabeza y por un instante, en un gesto casi imperceptible, pareció refugiarse en los ojos del vecino que estaban clavados en ella, que la miraban azorados de lujuria.
A partir de ese día el vecino entro a la casa de la tía y ambos tomaban mate mirando correr las perdices bajo el ombú. Se sabe que también a la hora de la siesta algún que otro chismoso los espiaba desde afuera, mientras se prodigaban los arrumacos propiciatorios. La tía Puertas fue famosa por ambos apodos.
|