TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / huapi / todos los días, un día

[C:614558]

A Juan le encanta celebrar las fiestas e inclusive está fascinado con el año nuevo. Ese espíritu que lleva ese día a ser único en todo el mundo. La energía positiva que emana de la gente, las ganas de celebrar, los buenos deseos tanto propios como ajenos. El ímpetu con que la gente hace promesas de querer lograr algo y hacer lo posible para proponérselo. La energía positiva contagiosa, un éxtasis de placer incluso para las personas más negativas del universo. Es uno de esos días que uno quisiera tener en el calendario para siempre.
Eso mismo pensó Juan cuando se propuso vivir cada día como si fuera 31/12. Generar el hábito de la juntada, de los deseos, del brindis y de la buena vibra.
Una vez enmarcado en semejante acción, la alegría se fue diluyendo como agua entre los dedos. Los primeros días, Juan, se encontró con un montón de gente que le gustó la idea y la apoyo. No le faltaban comensales al principio. Las comidas iban variando día a día para no generar una saturación lógica. El pollo relleno fue furor en las primeras 5 reuniones, pero ya cuando se empezaron a repetir algunos comensales, se volvió tedioso. Además Juan disimulaba su fastidio de que siempre se hicieran las mismas comidas en las fiestas. A los 3 días ya había aumentado 5 kilos.
Otra situación que empezó a generar discordia era el tema de los deseos o promesas a cumplir, teniendo en cuenta un pequeño balance anual. Al principio las promesas eran del estilo de empezar el gym, bajar de peso o hacer tal o cual taller. Fácilmente cumplibles si las miramos bien. El tema empezaba cuando se veía el tiempo que uno tenía para cumplirlas. Si al día siguiente se empezaba de nuevo, ni la promesa o deseo más tonto era difícil de llevar a cabo. Ahí venia la angustia y el enojo. Otra causa más para que los comensales cada vez fueran menos.
También estaba el tema del trabajo y como implicaba la dedicación al armado de la fiesta. Juan se ocupaba de las compras y después se repartían. Él ponía la casa, además. Con el poco tiempo que transcurría entre la salida de su trabajo y la llegada de los comensales, empezó a salir antes del trabajo. Tenía menos dinero y a la vez estaba más cansado. Si todos los días era 31/01, no gozaba de vacaciones, pero le correspondía asueto. Eso pensó él, así que empezó a no ir al trabajo. A las pocas semanas, era un desempleado más.
Juan estaba frustrado, angustiado, cansado y solo. Juan terminó odiando estas fiestas. A partir de ahí, las toma como un día más, un simple y aburrido día más.

Texto agregado el 03-01-2023, y leído por 79 visitantes. (2 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]