Cada que la veía
se me movía el piso
yo me caía frente a ella
para ver qué hacía.
La primerera vez no hizo nada
la segunda vez siguió de largo
yo estaba muy desilusionado
tomando un trago bien amargo.
Ya estaba a punto de renunciar a ella
me dije sí ni me mira siquiera
en una tarde de lluvia se cayó en mi vera
yo corrí pronto a levantarla.
Desde ese día nos hicimos amigos
después amantes apasionados
que nunca apagaron el fuego
ni siquiera cuando llovía a cantaros.
Cuando la beso y la abrazo
a veces casi que no me la creo
después que me rechazó tantas veces
me besa y me abraza con dulzura.
El amor así como da tristeza
también da mucha alegría
solo hay que tener paciencia
y nunca perder la esperanza.
Con ella soy demasiado feliz
no importa que sea más alta
ella siempre resalta mi alma
dice que es infinita y pura.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
@