La mirada se pierde entre los pensamientos que no están y te torturan sin entender nada, no deberían estar y no puedes hacer nada en absoluto para no sentir que estás en el lugar equivocado.
Agarras tu cabeza con tus manos mientras el dolor en el pecho se entremezcla con el quemazón que cubre tu cuerpo, abrasiones que solo tú puedes notar, solo tú puedes ver y la gente sonríe, te habla, te mira sin saber que lo único que quieres es desaparecer, caer en el olvido, silenciarlo todo, que no te interesa absolutamente nada de lo que pueda ocurrir dentro de sus mundos, esos mundos que en tu más adentro detestas, porque todo es falso, todo es mentira y tu no eres de aquí, quieres desaparecer.
Mires donde mires el edor lo cubre todo y no aguantas más, no puedes soportar el incesante, el continuo apararentar, el continuo sonreír, el continuo... Todo...
La mirada se pierde más allá de lo que llama la atención y la sensación de que todo es mentira, que nada es real comienza a percutir tu cabeza una y otra vez, una y otra vez mientras las alternativas cada vez cobran más espacio dentro de ti y solo quieres...
Desaparecer. |